Yung Beef no sigue el camino, lo destruye 

Yung Beef nunca ha sido un artista que siga el camino fácil. Tampoco es alguien que trabaje según las reglas convencionales de la industria. A lo largo de la última década, ha creado una mitología propia, dividida en sagas musicales y capítulos que cruzan el trap, el punk, la electrónica, el pop, la calle y la ciencia ficción. Con El Pluggg 3: OVA 1, su nuevo disco, el gran referente del underground español no solo continúa una de sus sagas más icónicas, sino que marca el inicio de una nueva etapa en su vida y en su carrera artística.

“El rey de España ha vuelto”, dice el comunicado que anuncia el lanzamiento. Y no es solo una frase con tintes grandilocuentes. Yung Beef regresa con una obra de 16 canciones que confirman por qué sigue siendo uno de los artistas más influyentes de su generación. Con este álbum, el artista granadino extiende la saga Plug hacia un formato que toma inspiración directa del anime japonés —más específicamente del subgénero mecha y del concepto de las OVA (Original Video Animation)—, con una visión distópica, experimental y emocional de la realidad callejera.

“Tenía muchas ganas de sacarlo, la verdad. Llevaba tiempo haciéndolo, pero lo quería sacar bien, bien”, contó en entrevista. “Ha sido de los discos que más contento estoy de hacer. Muchas veces no acaban las cosas como quieres, pero en este, la verdad que sí”.

Cortesía Yung Beef

Entre anime, trap y barrio

OVA 1 no es solo una continuación. Es también una mutación. Desde los sonidos glitch y afilados de “VASO AZUL” —una de las canciones que ha comenzado a girar en sus shows y que ya suena como himno en sus conciertos—, hasta las atmósferas más frías, digitales y futuristas del resto del disco, el álbum explora la idea de que el plug es un espacio abierto, donde cabe lo más fresco, lo más raro, lo más auténtico.

“Al plug siempre he tratado que sea un poco más experimental, donde puede caber todo un poco más”, explica. “Tiene que ser material que tenga algo también de frescura, algo un poco diferente”.

La lista de colaboraciones es amplia, pero cuidadosamente seleccionada. Participan nombres como Doe Boy, Zaramay, Hakim, Uzii Gaang, 8belial y Lampa DI7, además de una gran reunión coral en “SHERATON” con Nene de Oro, Sugaarbbaby, Aqua VS, Keed Baby y La M. No es un desfile de nombres aleatorios; es una selección curada bajo un criterio muy claro: sonar duro y aportar algo genuino al proyecto.

“No colaboro con amigos solo porque sean mis amigos, sino con gente que de verdad me gusta lo que hace, aunque no estén pegados”, dice. “Más que buscar colaboraciones porque sí, buscaba cosas que fueran bien con la línea del disco”.

La Bendición y el antídoto a la industria

En un momento donde la industria se mide en métricas, TikToks y estrategias virales, Yung Beef sigue operando desde la independencia total. Su colectivo, La Bendición, funciona bajo una lógica inversa al sistema tradicional: la música es el centro, y todo lo demás orbita a su alrededor. No se busca maximizar ganancias, sino sostener una comunidad artística.

“Nunca hemos tratado la música como un negocio. Hemos ganado dinero con la música, sí, pero lo hemos reinvertido en instalaciones, festivales, en que crezca esto como movimiento. No pagamos bots, ni promoción. No va de eso”.

A nivel de producción, el disco fue grabado entre España, Japón y otros puntos del mapa, con 13 productores distintos —entre ellos Painkid, Roydee, Virtual Flavor, Old Purp, Weirdmahdi y DP Beats— pero con una visión unificada que se afianza gracias a la mezcla y máster de Jose The Engineer. Algunas canciones fueron construidas desde cero en el estudio junto a su equipo, otras llegaron desde la distancia, como los beats del productor ruso Penky. Pero todo encaja como piezas de un mismo mecha.

Cortesía Yung Beef

Entre el cine y el futuro

Mientras gestaba el álbum, Yung Beef también estuvo inmerso en la creación de una película experimental, filmada en Japón junto a la directora María Orquijo. “Trata de mi vida, pero no hay como un guión concreto. Es como un documental, básicamente”, cuenta. El proyecto, sin fecha concreta de estreno, podría llegar el próximo año y añadir una nueva capa a su multidisciplinaria narrativa artística.

El concepto visual del disco —incluida su portada— también está profundamente influenciado por la estética del anime y el caos tecnológico de nuestros tiempos. Firmada por Ausias y su estudio TOT, la imagen bebe de las introducciones de series mecha, donde humanos y máquinas se funden en batallas existenciales.

“Estamos como en un momento un poco loco con la tecnología”, dice. “Me mola la inteligencia artificial. Me gusta montar mechas. El sonido lo veía mucho por esa línea”.

Aunque aún no se ha sumergido de lleno en herramientas como ChatGPT o softwares generativos, reconoce que su equipo ya ha explorado esas posibilidades. Por ahora, él sigue prefiriendo la conexión directa con su entorno, su barrio, su gente.

“Saliendo con la gente y ya está”, responde al hablar de cómo se mantiene conectado con la calle. “Por mucho que huyas del sufrimiento, al final te toca. Y si viene, pues viene”.

Lo que viene: OVA 2 y más

El Pluggg 3: OVA 1 no es el final. Es solo la mitad del viaje. Yung Beef ya trabaja en OVA 2, la segunda entrega de esta nueva fase. También viene Perreo de la Muerte 3 y una gira internacional que podría llevarlo de nuevo a América Latina, incluyendo shows en México, donde recientemente ofreció uno de los conciertos más intensos de su carrera.

Más que un simple disco, OVA 1 es una declaración de principios, una cápsula de sonido futurista desde el margen, una obra donde se cruzan el anime, el trap, el barrio y el arte. Un paso más en la construcción de un universo que solo Yung Beef podía imaginar. Y como él mismo dijo: “Nada. Un saludo fuerte, muchas gracias a Rolling Stone. Un saludo muy fuerte para toda la gente que nos escuche y que les guste esto”.

Mientras la industria busca fórmulas, él sigue operando desde la trinchera con una visión propia, impredecible y profundamente honesta. Su camino no es el de las grandes campañas ni los algoritmos, es el de la calle, el de la comunidad, el de la fe ciega en el arte como arma. Y si no hay camino, Yung Beef lo inventa. O lo destruye. Para construir algo más real. Más suyo. Más eterno. 

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