Yami Safdie presenta ‘Querida Yo’: “Escribir estas canciones fue un acto de catarsis”

Fue bastante largo, porque varias de las canciones tienen ya casi dos años, si contamos desde el primer boceto. Y fue muy íntimo. Creo que casi todas las canciones nacieron como una idea, sola con la guitarra en mi casa”, dice Yami Safide. La cantante y compositora acaba de lanzar su nuevo álbum, Querida Yo. Son 17 canciones de tono intimista que incluyen colaboraciones con Camilo, Carín León, Emilia, Manuel Turizo, La Sole y Lasso.  

La dinámica de composición se completaba en el estudio junto a su productor Gonzalo “Coco” Ferreyra. “Ahí la pulíamos y le terminábamos de dar forma. Pero casi todas nacen de la intimidad total y, de ahí viene el título del disco y toda la estética. Es como mi diario íntimo, porque tiene esa pureza de la emoción sin ningún tipo de filtro y ningún tipo de pudor de estar con otra persona al lado”.

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Por momentos parece que las canciones fueran entradas en tu diario íntimo… ¿Dirías que es un disco conceptual? 

En mi caso no nació como un disco desde el principio y no hubo un concepto claro, sino que se fue dando. Fue un momento de hacer canciones a ver qué sale. De hecho salieron estas en el disco, pero hay un montón que se quedaron afuera con otros sonidos, con otras búsquedas diferentes. Pero en un momento aparece esto de lo íntimo, lo minimalista, lo acústico y sentí que era acá. Entonces decidí agarrar todas las otras canciones que iban con este mismo estilo, con este mismo concepto y darle forma de álbum, respetando esta línea.

El disco empieza con cierta austeridad, como si pretendieras ir hacia la canción en su forma más cruda: guitarra y voz. Que es la tónica de buena parte del álbum… 

Recontra, sí, y me encanta que así sea. Tampoco significa que me vaya a casar con este sonido, quizás para el próximo disco es supermaximalista, pero me me gusta que ahora sea así, porque siento que es mi esencia. Muestra un poco también de dónde vengo yo. Es para mis fans originales, que están desde el principio. Porque yo arranqué subiendo covers solo con mi guitarra o con un ukelele en su momento.También con el piano, pero siempre sola con un instrumento.Y siento que ahí siempre hubo algo que conectó conmigo y con la gente, y viceversa, como una cosa de mucha intimidad entre nosotros nosotros a través de la pantalla. Y quería que el disco mantuviera esa esencia, que siento que me representa mucho, que es también como nacen estas canciones escritas desde mi cuarto, con mi guitarra y poder poner el foco en la letra y en historias que cuentan.

El estilo letrístico de este álbum es mucho más narrativo que poético. Como si las canciones fueran relatos, cuentos o cartas… ¿Eso fue premeditado? ¿Sentís que es un estilo que te identifica?  

Sí, tal cual, es así. Siento que fluyó y que es como más cómoda me siento. Para mi, escribir estas canciones fue un acto de catarsis. Y creo que para muchas personas, sobre todo mujeres que después lo escuchan del otro lado, es un desahogo. Creo que se trata de usar la música para procesar ciertas cosas que estoy pasando, que quizás no sé cómo nombrarlas, o cómo ponerlas en palabras, y hacerlo en forma de canción me ayuda. Un poco como escribo en mi diario, realmente, teniendo una conversación conmigo misma, como si fuera con una amiga. 

¿Llevas un diario íntimo desde chica? 

Tengo muchísimos, todos guardados. Están en la casa de mi mamá, los tendría que agarrar. Esuna pila de diarios de todos los colores. Desde que tengo seis años escribo diarios íntimos. Es parte de mi vida y una forma de de llevarla, de ir creciendo, aprendiendo, procesando las cosas que me van pasando. Así que sí, no pretenden ser canciones poéticas o metafóricas o complicadas de entender, sino que son como un vómito de lo que siento. 

Son canciones de sanación, si querés. Es un poco, se tiene una cosa un poco de autoayuda quizás, ¿no?

Tal cual, pero no es algo que haya querido hacer a propósito. “Bueno, voy a hacer canciones para curar a la gente”. Para nada. Realmente son reflexiones que tengo y como yo me fui quizás curando a mí misma o cómo voy procesando las cosas y tratando de ser mejor cada día, de llevar lo que me duele, lo que me confunde, lo que me angustia. Entonces son canciones escritas para acompañarme a mí misma en los momentos difíciles y resulta que también tienen este poder de acompañar a otra gente que todos los días me escribe y me lo dice.

En las redes hay muchos mensajes de personas que se identifican mucho con las letras y con esta idea de la sanación. Me preguntaba cuáles son las canciones que hayan tenido en vos ese mismo efecto… 

Uf, varias.Hay un disco en particular que a mí me acompañó en una ruptura, en un duelo de una relación, que es El madrileño, de C Tangana, que también tiene letras muy literales que cuentan historias muy claras, muy visuales. Y me vi reflejada en muchas de esas cosas, y me acompañó un montón y es uno de mis discos favoritos. Así como canción que llegó un poco como un mantra también es “Hasta la raíz “de Natalia Lafourcade. Tambúen conecto mucho con Jorge Drexler. Creo que esas son mis favoritas. Bueno, Taylor Swift también y Olivia Rodrigo con su primer álbum, que yo sé que es más teen, pero igual, hay emociones y cosas que las escucho y digo: “A mí me pasa lo mismo”. Y ahí es donde me puedo sentir un poco acompañada en esa música.

En el disco se percibe mucha influencia de la veta más acústica de Natalia Lafourcade. ¿Fue una referencia sonora?

Re, incluso no queriendo hacerlo a propósito, es algo que está en en mi ADN porque la escucho muchísimo. A mí me encanta y siento que está muy presente. Y sí, escuchamos mucho de ella con mi productor y lo tomamos muchas veces como refe. Pero igual hay bastantes refes muy random en el disco, que después se van deformando y ya ni se entiende en qué momento estuvo esa refe. Pero Natalia está presente, sobre todo, en muchos sonidos: en en lo acústico, en la madera, en algunos instrumentos más de raíz, más latinoamericanos. Me gusta que este disco juega un poco con los dos mundos: hay cosas pop, un poco más gringas, pero también hay mucho sonido latino que es parte de mí.

“La otra mujer” es un bolero de formato clásico y no es la primera vez que cantás boleros, ¿Cómo viene tu enganche con el género?   

Es medio místico, al principio yo no lo entendía, para yo tipo escucho boleros así y lloro y y y conecto demasiado y los escucharía todo el día y los cantaría todo el día y de hecho estoy pensando que mi próximo disco puede ser solo de boleros. No sé. Eh De boleros clásicos, así te gustaría ser un disco de versiones de boleros No. clásicos quizás o o armar boleros nuevos Creo que sí, me gustaría más componer los boleros. A mí me me gusta mucho componer como jugando a que soy de otra época. Es algo que que me divierte.

Eh, si es una conexión que siempre estuvo. Después analizando un poco, me di cuenta que a mis abuelos siempre le gustaron mucho los boleros y un poco estaban presentes en en cenas, en reuniones familiares y bueno, quizás un poco se fueron grabando así en en mi inconsciente desde chiquitita y hoy me encantan y me gustaría hacer más.


Bueno, “El bolero” se llama el tema que grabaron con Milo J. ¿Cómo definirías en vínculo que tienen con Milo? ¿Son amigos? ¿Hablan de música? Ambos comparte una fascinación por las músicas de raíz…

Somos superamigos. Lo conozco desde que era muy chiquito, para mí es como un hermanito. Lo veo crecer y me pongo como una tía pesada que dice “¡qué grande que estás y todo lo que lograste!”. Es loco, porque es un proceso que fuimos haciendo a la vez. Quizás “El Bolero” haya sido premonitorio. En realidad fue así: la primera canción que yo escuché de Milo es “Tus vueltas”. No era tan conocida, en ese momento tenía unas 800 vistas en YouTube. No te exagero: no la escuchó nadie. Y para mí era como un horror y un pecado que el mundo todavía no conociera a Milo, porque esa canción me pareció fascinante. Era como un corrido mexicano, pero con un poco de folclore. Entonces, ya desde el principio yo empiezo a relacionar a Milo con un sonido más de raíz latinoamericana. Y ese es el punto en el que nuestros mundos convergen, porque a la vez Milo hacia trap y yo en ese momento cantaba pop, reggaeton, pop urbano. De hecho, una  vez Milo me dijo en chiste: “Yami y Milo, los que cantan trap y reggaeton, pero cuando se juntan hacen boleros y zambas” [risas]. Y ese fue el puntapié para que yo después me pusiera a explorar también por esos sonidos. Y no sé si lo fue para Milo, pero siento que con eso se dio permiso para descubrir otra forma, otro sonido, mostrar otro Milo. Los dos siempre compartimos mucha música de lo que estamos escuchando, lo que nos gusta. Nos juntamos y escuchamos música, así que creo que un poco los dos fuimos indagando más en esa inquietud, en ese interés a la vez.

Los dos son del Oeste, ¿tenés un sentido de pertenencia con esa zona del Gran Buenos Aires?

Yo estoy muy orgullosa de ser del Oeste. Y me enoja un poco cuando la gente no lo sabe, e incluso cuando piensan que soy de otro país. Porque a veces en las redes escuchas una canción, le ves la cara a alguien, ves un video y no sabés de dónde es. Entonces, siempre que puedo lo digo y creo que el sentido de pertenencia con el Oeste es muy fuerte, muy particular. Yo conocí a Milo a través  mi novio, Nacho [el rapero Nacho AG], y con Bizarrap, que fuimos al mismo colegio y siempre que nos vemos decimos “Ay, el Oeste, el Oeste”. Me enorgullece ser de ahí y llevar en alto la bandera del Oeste.

¿Y qué representa exactamente el Oeste para vos? ¿Cómo definirías ese sentido de pertenencia? 

Podría empezar por la heladería Flores, de Haedo, que tiene el mejor dulce de leche del mundo. Aunque los gustos frutales también son muy ricos y para mí están infravalorados. Yo siempre trato de recomendársela a todo el mundo. El Oeste para mí es la vía, es la plaza, salir a andar en bici con mis amigos, es la tranquilidad, es la hora de la siesta que no hay nada, que cierran todos los negocios (aunque eso se haya ido perdiendo en los últimos años). Pero para mí, para mi infancia, el recuerdo es ese. Es tener a todos mis amigos cerca, salir del colegio e ir a la casa de uno, ir a la casa del otro, el caminar por la calle, el jugar en la calle, en el club, ir la pileta. Esa cosa de conocernos todos con todos y compartir la tranquilidad y la sencillez. Porque después, claro, te mudas a la Capital y es un caos. Ojo,  está buenísimo también, me gusta. Pero mis papás vivien creciendo en la misma casa en la que crecí, entonces cada vez que vuelvo es como un reconectar con eso y volver a a la raíz. Y escuchar los pájaros cantando, y las chicharras y el grito del chatarrero: “Compro ventana, compro puerta, compro, cocina, calefones, muebles viejos”. Son todas esas cosas que me recuerdan lo más importante de la vida realmente, más allá de todo el ruido y las luces.

Me gustó mucho ese audio vintage, con la fritura del vinilo o la radio AM, que le dieron a la canción con La Sole, “Tu amiga”. Ese valsecito que podrían haber grabado hace 80 o 100 años. ¿Cómo surgió esa idea? 

Creo que ese audio fue idea de Coco, el productor. La idea fue jugar a hacer una canción de otra época, de hace, no sé, 30 o 40 años. 

Sí, más también, te diría que 80 o 100 años, eh… 

Sí, tal cual. Con una letra que es supercasual y quizás un poco más moderna, pero con el sonido, la melodía, la estructura de una canción típica, un valsecito criollo. Y fluyó superbien: fue divertidísimo. Las armonías también son muy típicas. Entonces, eso fue lo que le disparó hacerlo vintage. Y dudamos. De hecho, pedimos muchas opiniones a varios colegas y algunos nos hicieron dudar porque nos decían: “che, pero es medio plaga ese ruido, toda la canción, medio molesto”. Pero nos gustó,y finalmente lo dejamos.

¿Y cómo fue la experiencia de grabar con ella? 

Una vez que la compusimos, dijimos: “che, esto es súper súper La Sole.” Yo soy muy de las señales, y me la venía cruzando en varios eventos. Había estado cantando en un homenaje a su cumpleaños y su carrera que le hicieron en La Peña de Morfi. Yo la admiro un montón, es una referente total para mí, y creo que para todos los artistas argentinos.  Tener la posibilidad de trabajar con ella para mí era difícil y a la vez un honor, una locura. así que ahí aproveché y en un momento que nos estábamos sacando una foto le digo: “Che, tengo una canción que quiero que escuches”. Y me dijo: “Sí, sí, yo voy y la hacemos.” Ella es super copada. Así que se la mandé, y le gustó:. grabó sus voces y me las mandó. No las grabamos juntas, después sí grabamos el video. Bueno, después nos vimos un montón de veces más, vino a cantar a mi [show en el Gran] Rex, yo fui a cantar al suyo. 

Y terminaron trabajando juntas en La Voz 

Sí, re loco. Es muy loco pensar en en todo lo que pasó en este año, desde que que la conocí y fui supertimida a decirle eso, a esto.

Las redes sociales fueron tu plataforma de lanzamiento en la industria de la música y este año llegaste al Prime Time, ¿Sentís que llegás a un público distinto? ¿Cómo lo notás en tu vida cotidiana?  

En mi experiencia, la tele sigue siendo la tele. Las redes son una herramienta increíble y aparte podés llegar a gente de todo el mundo, pero Telefé, el Prime Time es un horario que lo ve gente a la que no podés llegar con las redes sociales. Gente que no tiene TikTok, que no no le interesa. o capaz que no tiene tan buena conexión a internet, no no le interesa, pero que sí ven la tele y se juntan todos a cenar y ven La Voz. Entonces, de pronto te permite llegar a un público diferente, totalmente diferente. Lo sentí en los comentarios, y en los seguidores que fui sumando cuando aparecí en la pantalla. 

El álbum abre con una colaboración con Camilo, y Camilo entiendo que es un artista muy importante para vos. ¿Un referente? ¿Qué representa él en tu vida artística pero también, y si fuera posible disociarlo eso, en tu vida personal?

Para mí Camilo es un ídolo, mal. Siento que fue muy incomprendido y muy juzgado al principio, también. Yo admiro mucho la forma que tiene de componer, con tanta simpleza y decir la frase justa. Parece tan sencillo que digo: “¿Cómo no se me ocurrió a mí?”. La primera vez que que me llamó la atención, y conecté muchom fue cuando subí a un video de él con la guitarra cantando “Tú-tú, no hay nadie como tú tú, no hay un sustitutu” y dije: “¡Esto es increíble! Y es tan sencillo y brillante”. Y me encanta que él es muy él, que no se vende, que se mantiene firme en su esencia y que si hace cosas así, sencillas, las defiende a muerte. Y en esa sencillez está la magia. También de Camilo me gusta que no sea esnob. Yo siempre intenté copiarle la forma de contar, la forma también de comunicar. El en las redes es muy cercano a la gente que lo sigue, y está muy consciente de que sus canciones son parte de la vida de la gente y que son de la gente. Pero además siento que que todo eso es muy admirable y también su forma de ver la vida, de cómo llevar el equilibrio de su familia y su trabajo, de cómo sostiene la carrera después de tantos años, de cómo pone el foco en las cosas importantes. La verdad es que aprendí un montón de él, así que el día que me junté a trabajar en el estudio, para mí fue de los mejores de mi año, por lo menos, porque fue muy especial.

Me imagino que una experiencia así, además del placer, te deja un montón de enseñanzas…

Sí, de lo más lindo de hacer música es poder colaborar con otros artistas. El momento hermoso de poder componer juntos y que una idea se complete entre dos mentes, dos corazones también es hermoso y también la charla, de antes o después. Poder hablar de la vida y de cómo cada uno ve la música, cómo cada uno ve el oficio de hacer música. Que uno pueda aprender del otro es super enriquecedor.

Con Luck Ra colaboraron con Los Angeles Azules en “Si sabes contar”. Es una de las bandas de cumbia más emblemáticas del continente. ¿Siempre te gustó la cumbia? 

A mí todavía me cuesta creer que tengo una canción con Los Ángeles Azules. Eso es increíble, son ídolos totales y por más que a la cumbia se la juzgue o se la margine en Argentina, está presente en todos lados. No hay salida, sea en un boliche o en una fiesta familiar, en la que no suene cumbia. En el oeste desde que soy chiquita que siempre está y a mí siempre me gustó. Es verdad, yo no le hago asco a ningún tipo de música para escucharla. Para cantarla, bueno, al heavy metal todavía no me animé [risas]. Pero la cumbia para mí nunca estuvo lejos de la balada, es como lo mismo con un ritmo un poco diferente y muchas veces cuentan historias super profundas y desgarradoras y de corazón roto. Y esto de bailar borracho y triste a mí me encanta y la he vivido un montón. Y las cumbias, claro, me han acompañado un montón eh a lo largo de mi vida. así que me encanta y planeo hacer más, porque me divierte mucho.

Hace semanas llenaste el Gran Rex. Hubo muchos invitados, pero quiero que me cuentes sobre el vínculo que tenés con uno de ellos, Nito Mestre. Leyenda del rock nacional. ¿Cómo surgió esa onda? ¿Qué representa para vos cantar canciones de Sui Generis?   

Sui Géneris es una referencia importante, y aunque algunas refes de canciones del disco después se fueron deformando, muchas partieron de ahí.Porque tanto a mi productor como a mí nos encanta. Y Nito llega a través de un conocido superrandom que le dice, Vos la tenés que conocer a Yami”. Y, él me vio en el show de Milo en el estadio de Morón, porque también había ido a cantar ahí. Y después me cuenta que le llamó la atención la canción, que le gustó el bolero. Así que como tenemos un conocido en común, él le pidió mi número. Y de la nada me escribe esta persona y me dice: “Che, me pidió Nito Mestre tu número, ¿está bien?” .Y yo, claro, encantada de la vida. Así que me escribió y charlamos un rato. Y me invitó a cantar a su show en el Ópera. Después nos vimos, ensayamos, charlamos, él es copadísimo… También, imagínate, si aprendo de Camilo, que que tiene un carrerón, pero de 10 años, imaginate lo que aprendo de Nito, que tiene una carrera larguísima y una cantidad de anécdotas para contar increíbles. La verdad es que es divertidísimo estar con él. Fui a cantar a su Ópera, después él vino a cantar a mi Rex y cada tanto me comenta, me manda mensajitos felicitándome, deseándome éxitos. Lo mismo yo con él, obviamente. Y fue fue muy emocionante cuando fui yo a cantar a a su Ópera porque lo veíamos desde el costado y decíamos: “Yo quiero ser así.” Dentro de unos años yo quiero ser así: llevar la vida,seguir cantando y viajando y de la misma forma que lo hace él.

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Abriste los shows de Dua Lipa en River, y llegaste a conocerla. Vi un video y se portó de un modo más que amable con vos. Fue muy atenta y cariñosa, muy humilde. Y por otro lado, más allá de haberla conocido, tocaste en River por primera vez. ¿Cómo te sienta esa dimensión de estadios?

Fue fue un encuentro muy breve, ya estaba por salir al escenario, nos sacamos unas fotos juntas y charlamos ahí muy poquito. Yo le pude agradecer, que era mi objetivo. Y ella es supersencilla, supertranqui o por lo menos eso es lo que lo que observé en ese ratito. Y me encanta. Cuanto más voy conociendo artistas así, enormes, más compruebo que son personas. En el fondo siguen siendo ellos, están con sus amigos y conectan con la gente. Y son atentos y son agradecidos. Yo tengo la teoría firme de que para sostener ese nivel de éxito tenés que ser buena gente. porque si no no dura y creo que Dualipa lo lo confirma porque es divina, la verdad es amorosa, no hay como otra forma de describirla, me pareció súper súper dulce, sencilla, se tomó el tiempo, sacó la foto conmigo, así que agradecida con ella.Y con respecto a cantar en River, bueno,fue increíble, fue fue loco. La verdad es que me sentí bien: obviamente en los telones (sic) pasa que hay un montón de gente que se está moviendo, buscando su asiento, charlando. Pero hay otra que sí te prestan atención, que te acompañan, que hacen palmas… En la segunda fecha me animé y les pedí que me acompañen con las linternas. Y prácticamente todo el estadio prendió las linternas de sus celulares. Y flasheé. Hay un video que es increíble, lo veo seguido porque no lo puedo creer. Y, claro, sueño con que algún día poder hacer mi propio show en un estadio. Fue una experiencia muy linda y sí, si bien nuestros estilos son diferentes, me parece que las dos hacemos pop en su raíz. 

También estuviste con Chris Martin este año. ¿Cómo fue que llegaste a conocerlo? 

Cada vez que toca en una ciudad, le gusta armar una pequeña juntada con artistas de esa ciudad. Esto fue en Miami, y yo justo estaba ahí. Surgió que me invitaron y obviamente fui. Fue muy lindo, éramos 10 artistas, digamos, emergentes. Estaba Juliana, que es una amiga mía colombiana, muy talentosa. Estaba La Cruz, de Venezuela. Ana Sofía, que es mexicana. Juan Duque, de Colombia. Fue super lindo poder conocernos y conectar entre nosotros, escuchar la música del otro, aunque seamos superdiferentes.Compartimos un poco de música, escuchamos un poco de lo que estaba haciendo cada uno, charlamos y hasta hicimos un juego que que nos propuso él. Armar una orquesta humana con las voces y cada uno iba dirigiendo y les iba dando distintos sonidos a cada uno. Yo iba un poco escéptica porque tenía un poco de miedo de que fuéramos muchísimos y que no podamos conectar. Pero fue una cosa súper enriquecedora. Otra de mis mejores experiencias de  este año fue poder aprender un poco de él. 

Sufriste el hate en carne propia y me pregunto si lo sentís sólo como un microclima en las redes sociales o es un clima de época que excede al mundo de la música y el entretenimiento y que se manifiesta, por ejemplo, en los discursos de algunos políticos… 

En las redes se ve como muy grande, pero siento que es un poco como nos manejamos también en el día a día. Yo no me lo podría tomar personal porque veo hace años como atacan a todo tipo de artistas por turnos. Y, de hecho, lo veo como un ciclo: esta semana toca que me me puteen a mí. La semana que viene la bardean a Emilia, y así. Pero el otro día lo analizábamos con una amiga, y si bien el hate estuvo siempre, es verdad que cuando una figura que que nos representa a todos como es el Presidente y de pronto está promoviendo barbaridades o ciertos discursos de odio sin filtro,  se habilita a que todo el mundo lo haga en el día a día y de forma cotidiana. Las grietas están muy fuertes y en el último tiempo se transformó en un mal de nuestra época. Creo que la gente está muy enojada y necesita desahogarse de esa forma, desquitándose con el otro. 

De un tiempo a esta parte se habilitó para los artistas, y también para muchas personalidades públicas, hablar de salud mental y todo lo que eso conlleva. No es casual que hayas convocado a la psicóloga Sofía Calvo para dar una charla enfocada en esa cuestión sobre el disco…

Creo que ahora tenemos más conocimiento para poder poner nombre a las cosas, pero la música siempre fue un medio para procesar emociones complejas. o desahogarse. Si escuchabas Nirvana ahí podías ver que a Kurt Cobain evidentemente le estaba pasando algo cuando estaba escribiendo estas cosas. Inevitablemente la música va a hablar de emociones, de procesos y a veces de cosas oscuras y complejas. Y eso, obviamente, está muy relacionado con la salud mental y me parece que ahora hay más conocimiento. Yo estoy muy psicoanalizada, entonces un poco en mi música está presente. Muchas veces algunos seguidores me dicen en chiste que se nota que yo iba a terapia porque proceso las cosas y las siento desde un lugar un poco diferente a quedarme solo con la emoción. Me gusta usar también la música como vehículo para procesarlo. 

¿Desde muy chica haces terapia? 

No tanto. Empecé en 2020. Y me acompañó mucho en el proceso de mi primer problema grande que era “me quiero dedicar a la música y no sé cómo hacer”. Bueno, de golpe estoy cantando en River, más allá de todos los grises y lo que hubo en el medio de esa historia. Y sí, me acompañó mucho. Pero no es yo me propongo hablar de salud mental porque es un mensaje importante, sino que así es como es mi vida. Sé que hay mucha gente que también está pasando por algo parecido y ahí es donde conectamos, a través de las canciones.

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