The Favors: el disco que devolvió a Ashe y a Finneas las ganas de hacer música

The Favors empezó como un secreto. Dos amigos, dos voces principales, una misma habitación y un deseo compartido de hacer música que se sintiera tan real como los discos con los que crecieron. Durante 18 meses, Finneas y Ashe trabajaron en silencio en lo que ahora conocemos como The Dream, su álbum debut.

Para Finneas, que viene de un año movido entre su gira solista y la música que escribe con Billie Eilish, este proyecto tenía un brillo distinto. Para Ashe, que publicó Willson en septiembre pasado y venía de una relación compleja con la inspiración, The Favors fue un regreso inesperado a la alegría de hacer música sin presión. Y cuando hablas con ambos, lo notas: se escuchan como dos personas que encontraron un hogar creativo en medio del cansancio.

Cuando te sientas a hablar con Ashe y con Finneas, queda claro que esta aventura tiene otro peso para ellos. No es un proyecto paralelo más, ni un capricho estilístico: es una historia compartida en la que ambos encontraron refugio cuando sus caminos en solitario empezaban a sentirse demasiado estrechos. “Me encanta trabajar con Ashe”, dice Finneas. “Pensé: ‘Esto va a ser una experiencia tan divertida’. Y, honestamente, yo tampoco estaba muy inspirado para hacer música solo. Sentía agotamiento”.
Ese cansancio, el creativo, el emocional, el que aparece cuando el oficio se vuelve rutina, fue el que terminó empujándolos hacia una idea sencilla: grabar como se hacía antes. En una sola habitación. Con todos los instrumentos abiertos. Sin miedo a las imperfecciones. Sin obsesión por lo “correcto”. “Es un disco que está lleno de vida, detalles y emociones”, complementa Ashe.

Alex G. Harper | Press

La identidad sonora de The Favors nace de ese espacio compartido. Finneas habla de la experiencia con la mezcla de orgullo técnico y nostalgia casi romántica de quien encontró un tesoro por accidente.
“Grabamos todo en la misma habitación: batería, voces, guitarras”, explica. “Siempre había un montón de micrófonos encendidos. Si alguien se reía, se escuchaba la risa; si el bajo se pasaba de fuerte, sonaba toda la habitación. Me encantó”, dice Ashe.

El corazón del proyecto fue una consola vintage Sphere de 16 canales de los años 70, con la que filtraron las baterías para acercarse al espíritu de los discos que los marcaron. No sorprende entonces que la banda anunciara su existencia con una foto inspirada en el Rumours de Fleetwood Mac: The Dream es, en muchos sentidos, un homenaje a esa época en la que las canciones nacían del roce entre músicos, no del aislamiento.
Pero el encanto no está solo en la estética: está en cómo cantan. Finneas y Ashe grabaron la mayoría de las voces frente a frente, como si cada canción fuera un pequeño duelo emocional.

“Cuando estás mirando a la otra persona cantar, cortas al mismo tiempo”, me dijo. “Y también me obligó a concentrarme más. Queríamos sonar perfectamente en sintonía entre nosotros, como una orquesta”, dice Finneas

Una de las sorpresas del disco es la manera en que ambos construyen una narrativa conjunta, a medio camino entre sus historias personales y una ficción compartida. Ashe llegó con canciones como ‘The Hudson’; Finneas trajo ‘The Little Mess You Made’. Y juntos encontraron un territorio común donde podían inventar personajes y hablar desde voces que no siempre son ellos… pero que a veces se sienten más honestas que cualquier autobiografía.

Entre las joyas del álbum aparece ‘Lake George’, una canción que encapsula esa mezcla de memoria y ficción. “Ashe llegó con el primer verso y el estribillo”, recuerda Finneas. “Y cuando empecé a escribir el segundo verso, ‘Lake George’ se convirtió en el título, aunque nunca lo decimos.”

La sorpresa llegó cuando él mismo descubrió que la canción tocaba fibras familiares: su padre pasó los veranos de su infancia allí, y es donde reposan los restos de su abuela. “Es gran parte real, pero también un poco ficticia”, dice. “Eso es lo que más me gusta como compositor.”

Alex G. Harper | Press

“Grabamos todas las canciones al mismo tiempo, con los mismos instrumentos, y sentimos que contaban una historia de principio a fin”, dice Finneas. “Cuidamos las transiciones. Realmente pensamos en ello como un álbum completo”, complementa Ashe.
Es una intención casi contracultural en una industria que piensa en sencillos antes que en discos. Pero ahí está la gracia: The Dream no es un proyecto que quiera gustarle al algoritmo.

El proyecto fue, también, una forma de renovación personal. Después de años produciendo en solitario, grabar con varias personas en un mismo cuarto le abrió a Finneas una puerta inesperada.
“Antes hacía todo solo”, me dijo. “Después de este álbum pensé: ‘Quiero hacer mi próximo disco con una habitación llena de gente, va a ser muy divertido’. Y lo fue. For Cryin’ Out Loud lo hice así.”
Esa energía también se trasladó al escenario: el dúo llevó sus primeras presentaciones a lugares como Hollywood Forever Cemetery, Central Park y Austin City Limits. “Me encantó el show que hicimos juntos. Trabajamos muy duro en él”, recuerda.

Y aunque ambos continúan sus caminos en solitario —Finneas está escribiendo nueva música con Billie Eilish y Ashe viene del lanzamiento de Willson—, The Favors existe porque a veces la mejor manera de avanzar es encontrar a alguien con quien compartir el peso.

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