Skay en Obras: Un lujo para nada vulgar


“Un destello radioactivo y entre el polvo apareció. Tronó el cielo y la tierra, él ha vuelta a la ciudad”. Los versos de “Gengis Khan” resuenan más fuertes esta noche de sábado en Obras. Son los mismos versos con los que Skay Beilinson se presentó oficialmente como solista allá por 2002, lo primero que se escucha en su voz en el álbum A través del mar de los Sargazos. Trece años después, Skay volvió a tocar en Obras y, sí, cuando su figura a contraluz apareció sobre el escenario tronó el cielo y la tierra. Justamente en este estadio, que albergó a Patricio Rey cuando los Redondos no dejaban espacio por desbordar en los últimos días de la década del 80.

FOTOS DE PRENSA: GENTILEZA LEONARDO SUHRING

Habrá algo de la memoria emotiva que sobrevuela, claro, pero los riffs de Skay parecen escritos para sonar en este lugar de gran acústica, afuero ideal y una buena dosis de mística. Ver a Skay en escena, aquí y ahora, a los muy bien llevados 73 años, es un lujo para nada vulgar. Acompañado por su Fakires (que ahora forman con Claudio Quartero en bajo –el único histórico-, Joaquín Rosson en guitarra y Leandro Sánchez en batería), el músico comprimió en 14 temas su carrera en solitario, la misma que ya cuenta en su haber con ocho discos, y le bastaron apenas 4 de su exbanda, distribuidas estratégicamente a lo largo de todo el set, para entender el por qué de ese cantito que le ofrecen sus seguidores vaya adónde vaya: “es una noche especial, no te la vas a perder, toca el corazón de Patricio Rey”.

Desde que se largó solo con aquellos versos de “Gengis Khan”, Skay construyó una obra compacta, con estilo y guiños propios, que no dejan espacio para condescendencias ni demagogias. Una estética que bebe de la cultura rock y de la revolución espiritual tanto como de la sabiduría y leyenda del Lejano Oriente. Que evoca a los Redondos (su toque es indisoluble de Patricio Rey), por supuesto, pero con los pies siempre bien plantados en el hoy… y, por qué no, en lo que vendrá también.

FOTOS DE PRENSA: GENTILEZA LEONARDO SUHRING

Así suenan canciones como “Tal vez mañana” (2007), “Aves migratorias” (2010), “Oda a la sin nombre” (2002) o “Corre, corre, corre” (2023). Ante un estadio colmado como esos primeros Obras ricoteros de diciembre de 1989, Skay y sus (afilados) Fakires montaron una obra que pasea a los espectadores por el drama, el terror, el desahogo, la emoción y la aventura fantástica de un puñado de personajes que se mueven entre ángeles y demonios, propios y ajenos, terrenales y de ficción.

FOTOS DE PRENSA: GENTILEZA LEONARDO SUHRING

Así las cosas, la cuota redonda no se movió de lo habitual, con gemas de autor como “Todo un palo” y “Nuestro amo juega al esclavo” (pegada a “El pibe de los astilleros” a manera de cierre) y el inevitable “Ji ji ji”. La gente agradece y no pide más, respeta el pacto tácito que ha hecho con el señor de los riffs a lo largo de estos más de veinte años.

Skay repetirá la faena el 18 de este mes, a la misma hora y en el mismo lugar, para luego continuar con su gira de nunca acabar con la que recorre el país, que a promedio de un show por mes, este año ya tuvo paradas en Resitencia, Cipolleti, Concordia, La Plata, Santa Fe y San Fernando del Valle de Catamarca y que continuará en los meses venideros en Santiago del Estero, Bariloche, Salta, Mendoza y Rosario. Ver hoy a Skay es un lujo al alcance de la mano. Corran la voz.

Get started

If you want to get a free consultation without any obligations, fill in the form below and we'll get in touch with you.