Pez presenta su nuevo disco: de una prodigiosa rapsodia porteña al “festival de la vergüenza ajena”
El primer track del nuevo disco de Pez no es un tema más sino una composición de nada menos que 19 minutos y 20 segundos (todo el lado A, en la versión vinílica), sin interrupciones, pero con fuertes cambios de ritmo, clima y armonía. Una especie de “Rapsodia bohemia”, pero bohemia-porteña, una gira musical por una ciudad que oscila entre la realidad cruda y la fantasía, tal como el Obelisco pop de la tapa de De Buenos Aires, álbum número 22 en el rico catálogo de esta banda.
Con sus idas y vueltas, alzas y bajas, arranques de jazz-rock, intermedios instrumentales y hasta eventuales bandoneones, es una “canción” tan exuberante y en cierto sentido abrumadora, que no puede menos que determinar el resto del álbum. Experimento de alto riesgo, lo que podría caer fácilmente en el despropósito es sin embargo una pieza extrañamente consistente, una especie de paneo por todo lo que esta banda (alguna vez trío, después cuarteto y hoy quinteto, con la vuelta del tecladista Pepo Limeres) puede dar y ha dado en más de treinta (¡!) años: la sensibilidad por el rock y sus tradiciones, el virtuosismo que nunca obtura la canción, una poesía urbana directa, pero no tanto, y esos ataques heroicos que el cantante, guitarrista y compositor principal, Ariel Minimal, empuña como su mejor arma (la banda de completa con Fósforo García, en bajo y coros; Franco Salvador, batería, percusión, coros; y Hernán Espejo, guitarra).
Es el propio Minimal, justamente, quien repasa en esta nota, tema por tema, el sorprendente disco que Pez presentará (y tocará completo y en orden; sí, incluso el tema de extensión récord) este viernes 7 de noviembre en Niceto Club (entradas disponibles).
1. “De Buenos Aires”
“Fue un desafío. El último tema que grabamos. Porque ya habíamos grabado los otros seis, durante 2024, y sumaban unos veinte minutos de música, lo que daría para un lado entero de un disco de vinilo. Entonces dijimos: ‘Grabemos veinte minutos más y tenemos el LP. Pero que sea todo un único tema’. Así que lo fuimos armando, porque en realidad son distintas partes, con sus propios nombres, que no estoy seguro si se ven en las plataformas digitales… [‘La calle que nunca duerme’, ‘El perfume de una posibilidad’, ‘Una canción distinta’, ‘En la estación del tren’, ‘Hola señor, ¿cómo está?’, ‘Majestad’, ‘Una frecuencia que no se puede escuchar’, ‘Epílogo’]. La intro, con mucho aire, una especie de introducción de programa de tele; un final medio Bruce Springsteen [risas], una parte instrumental, que es de Pepo y que yo nunca hubiera podido componer así. Es como un muestreo musical de todo lo que somos. Y la letra, con mis limitadas capacidades narrativas, es un recorrido por personajes de Buenos Aires, como alguien que camina y va pensando y observando la ciudad. Así que quería que la también la música fuera como un viaje y que fuera pasando por distintos lugares. Por otro lado, tiene elementos de rock progresivo y de jazz-rock, pero, claro, Pez no es una banda de rock progresivo y por eso termina sonando a algo distinto”.
“¿Si la tocamos en vivo? Venimos tocándola en todos los últimos shows. Y la verdad es que nos exige estar muy concentrados, mucho más que en cualquier otro tema, pero hoy es nuestro momento favorito del vivo”.

2. “Para las almas sensibles”
“Este es un tema viejo, que nunca habíamos grabado en estudio, solo había salido en el disco en vivo de veinte años atrás [2005], que se llama justamente Para las almas sensibles. Como solemos tocarla en vivo, era una canción que teníamos lista cuando se dio la oportunidad de entrar al estudio. Y así lo hicimos. Aunque no es que tengamos mucho material guardado, Pez es más bien de sacar todo, de no guardarse nada. ¡Por eso sacamos 22 discos en 32 años! Lo raro es que a pesar de que esta canción quedó ahí, sin registrarse en estudio, es una de esas con las que nos identifican mucho. Pez no es una banda de hits, pero esta es emblemática”.
3. “Del festival de la vergüenza ajena”
“Es una sensación que tengo muy presente en estos días. Ves lo que pasa y sencillamente no lo podés creer. Cosas que antes eran más o menos de una forma, hoy no corren más. O son exactamente al revés de lo que habías aprendido. Ves al presidente cantando de la manera que lo hace y… bueno. Antes, un dirigente importante, incluso aunque fuera un desastre en otros aspectos, tenía que tener cierta conducta, manejarse de cierta manera. Hoy parece que ya nadie se escandaliza por nada”.
4. “No somos hormigas bajo la lupa de un nene malo”
“Es una de las más rockeras del disco, con esa cosa medio blues argentino, que termina identificando a una era del rock nacional, porque es un sonido de rock que acá duró buena parte de los años setenta, ¿no? Por mucho tiempo acá los discos sonaron de una manera muy identificable. Esta canción también tiene una característica muy Pez: un título largo. Tenemos unos cuantos de esos [N.de.R: dos notables ejemplos de ese sesgo son la increíble “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar” y la reciente “Somos fantasmas habitando un castillo cuyo alquiler ya no podemos pagar”].
5. “Adiós mundo cruel”
“La frase del título se suele asociar al suicidio, pero también permite una lectura menos drástica, de una despedida menos fatal. De hecho, creo que es la canción más pop que compuse. Y lo hice muy influenciado por [la banda pop-new wave británica] Squeeze. En ese momento, el año pasado, los estaba escuchando muchísimo. ¿Qué disco? ¡Todos! Cuando le entro a una banda, voy a fondo, escucho todos sus discos. Squeeze me parecen increíbles en todas sus etapas. A partir de eso, quería componer una canción en ese estilo, muy redonda, con todas sus partes cerrando perfectamente. Como las canciones de Squeeze, justamente. Y también con esa idea de The Smiths, de que las canciones más dulces sean para los temas más amargos, y viceversa. Lo curioso es que jugaba con cuatro acordes que me sonaban a algo y no sabía qué era. Le di vueltas y vueltas hasta que me di cuenta: ¡Era el ‘Himno a Sarmiento’! [risas]. Así que ahí está: logré juntar a Squeeze con Sarmiento en un tema de Pez…”
6. “Todo es un delirio”
“Otra que habla de la situación actual. Todo es un delirio…. ‘¿Dónde quedó la idea de libertad? Encerrada en un pozo ciego’. No sé si se puede o hace falta explicar mucho más”.

7. “Pude haber dicho que no”
“Para el último tema bajamos bastante las revoluciones. No es que sea un letrista tan avezado, a veces mis letras no tienen un rumbo tan claro. Pero en esta sí está la idea de hacerse cargo, de no culpar siempre al otro, como lo hacemos en esta era de la victimización. No, pará, yo tomé mis decisiones, soy responsable: podría haber dicho que no, podría haber decidido otra cosa… ‘¿Qué voy a hacer, si jugué esas cartas yo?’. Hoy tendemos como nunca a no hacernos cargo, como si no tuviéramos nada que ver con lo que nos pasa. Y no, no siempre es así…”.
La tapa de De Buenos Aires
“Cuando estábamos buscando la tapa para el disco, Alejandro Leonelli, un artista amigo que trabaja con Pez ya hace muchísimo tiempo, nos mostraba cosas que tenía y no nos convencía nada. Ya estábamos totalmente frustrados cuando de reponte Ale nos dice: ‘Tengo esto’ y nos muestra ese obelisco humeante. ¡Era perfecto! Ahí cerró todo para un disco que no es conceptual en el sentido de que lo hayamos planeado integralmente de una, sino que el concepto fue apareciendo, con el tema largo, la lírica porteña, la tapa y, al final, el video que nos hizo otro amigo, Ezequiel Muñoz, para esos 20 minutos de ‘De Buenos Aires’, saliendo con la cámara a registrar la ciudad”.













