Leiva: “En Argentina no me siento un músico internacional, sino uno de aquí”
Leiva habla de Buenos Aires como quien habla de su propia casa. Y es que, aunque José Miguel Conejo Torres -su verdadero nombre- nació en la Alameda de Osuna, en Madrid, hace 45 años, en los últimos 25 se encargó de construir un puente directo con los cien barrios porteños.
La afinidad musical, cultural y hasta espiritual con este rincón del planeta que Leiva identificó desde que era pequeño, gracias a un compañero de escuela argentino, hoy es la cosecha de una siembra que hizo semilla a semilla, a fuerza de clubes chicos, teloneos, amistades y canciones compartidas. “No me siento un músico internacional que viene aquí, sino un músico de aquí”, dice con su inconfundible acento español, días antes de lo que será su presentación en Obras, este sábado 29 de noviembre (todavía hay entradas acá).
El concierto en Buenos Aires, asegura en diálogo con Rolling Stone Argentina, llega en “el mejor momento” de su carrera, tras la salida de Gigante, su sexto disco solista. Y adelanta que después de Obras se quedará en la ciudad para empezar a grabar las primeras canciones de su próximo álbum junto al productor Nico Cotton y un dream team local que incluye a Mateo Sujatovich (Conociendo Rusia), Nico Bereciartua (The Black Crowes) y Esmeralda Escalante (Ainda). Una charla sobre fútbol, canciones, viajes y amistad con un español cargado de argentinidad.
Haciendo cuentas, esta sería tu sexta visita al país en los últimos 10 años.
Y creo que son más, ¿eh? Vine la primera vez en 2003… llevo más de 20 años viniendo. Aquella vez estuve en el estudio Del Cielito y tocamos en algún lugar con Pereza, el duo que tenía en ese entonces [con Rubén Pozo]. Luego vine a La Trastienda en 2006, son muchas veces en los últimos veintipico de años.
¿Ya habías tocado en Obras?
Sí, teloneando. He teloneado a mucha gente en Obras en mis arranques aquí. A Ratones Paranoicos varias veces, a La Mancha de Rolando, creo que a Estelares también. Y a muchas bandas más. En Argentina he empezado en clubs, teloneando a todo el mundo. Ahora empiezo a tocar en las salas y en los venues en los que tocaba como telonero. Como el Luna Park el año pasado, donde también teloneé a un montón de gente. Incluso me he venido a vivir alguna temporada. Armé una banda con mi amigo Nico Bereciartua, con Ponch de Juanse, con Yamil Salvador de Guasones y tocábamos todos los martes en Makena. Me he relacionado de una forma un poco local aquí durante muchos años y tengo muchos amigos porque he construido mucho. Porque aquí vengo tocando desde abajo. Digamos que mi relación aquí ha sido más local que internacional. No me siento un músico internacional que viene aquí, sino un músico de aquí.
Obviando el idioma, ¿por qué creés que te sentís local en Buenos Aires?
En lo que respecta a la música que me trae aquí, vosotros fuisteis los primeros que castellanizasteis a los Rolling Stones y eso tendió un puente enorme. Eso hizo que mi generación escuchara a bandas argentinas, que yo me relacionara con la música y con la canción. Más allá del estilo, con la canción, desde muy pequeño, de bandas de aquí. Tuve la suerte de que en mi clase había un chaval argentino que le gustaba Manal, Almendra, Pescado Rabioso. He tenido muchos inputs musicales de muy joven que me han conectado con la música argentina. Cuando Pereza empezó a tener un volumen de popularidad grande, la gente se iba a México. Yo me vine a Argentina. Por una cuestión romántica. Aquí no estaba la plata ni parecía que estuviera el negocio, pero yo vine por otras motivaciones más allá de la ambición y de la conquista. Vine por un lenguaje común, por una serie de puentes que se han ido atendiendo musicalmente y porque sentía que este lugar se parecía mucho a mi casa. Y los años me han dado la razón. Hay una manera de entender la música. La conexión cancionera es más similar que la que tenemos con México, por ejemplo, por todo lo que tiene que ver con el pop y con el rock.
Es algo que fuiste construyendo con el tiempo. Tampoco es tan fácil ganarse al público argentino, ¿no?
Es que mis ambiciones fueron otras. Viajar aquí, juntarme con músicos de aquí, relacionarme como local, componer, escribir, montar bandas con amigos, participar en grabaciones. Recuerdo que la primera vez que tocamos en La Trastienda vino Fito Páez a hacer “La rueda mágica” con nosotros, eso fue hace mucho. Ya teníamos un cruce musical muy afectuoso con un montón de gente. Conforme fueron pasando los años, Andrés [Calamaro], Fito y un montón de gente que es amiga mía. Ayer estuve con Ariel Rot y con Mateo Sujatovich. Hay una generación más joven, como Zoe Gotusso, por ejemplo, que está haciendo cosas muy interesantes que me gustan mucho. Las carreras se construyen con los años. Desde mi punto de vista y a lo que refiere a mi generación, yo aquí nunca tuve un input de radio, ni de estar en los medios. Lo mío ha sido ir de club en club teloneando a todo el mundo. Y la gente me ha visto antes en un escenario que en un periódico, eso siempre. He construido algo que es muy sólido. No digo muy grande ni muy importante, pero es muy sólido y eso me permite una cosa: venir aquí y sentirme en casa. Más allá de hacer un Obras, que es una cosa que está muy bien, el verdadero valor no tiene que ver con lo económico, porque yo aquí no hago negocio. Tiene que ver con un montón de cosas que me han formado como músico, por eso vengo.
¿Qué creés que sigue teniendo en común el Leiva que arrancó su carrera solista después de Pereza con el de hoy?
Siento que han cambiado mucho las cosas, pero hay una cosa que sigue que sigo teniendo en común con ese chaval y la sigo identificando como algo que me produce orgullo, porque quiere decir que no había error, y es el combustible de la ilusión. He perdido otras cosas en el camino, quizá haya perdido espontaneidad o ambición. Me he defraudado con situaciones de la industria de la música, he tenido éxitos, he tenido fracasos, pero después del estadio de Obras de este sábado voy a empezar a grabar unas canciones nuevas aquí, con Nico Cotton, un amigo mío de hace años. Y la sensación de ilusión que tengo hoy es la misma que tenía en 1999 cuando grabé mi primer disco. Eso es lo que está intacto.
¿Se puede saber algo sobre la grabación?
Hace tiempo que me gusta ir grabando los discos por el mundo. Conforme voy tocando en países, me gusta quedarme una temporada y aprovecharme de ese país, quedarme ahí, grabar unas canciones con amigos músicos. Estas semanas, aquí en Buenos Aires, voy a empezar a grabar una colección de canciones nuevas que conformarán mi próximo disco. Y pasarán por ahí mis amigos Esme [Escalante] de Ainda, Mateo Sujatovich, que va a estar en el combo de la banda, va a ser el bajista. Yo tocaré baterías. Vendrá mi amigo Nico Bereciartua. Pasarán muchos y será el pistoletazo de salida de mi próximo disco, que probablemente sea grabado íntegramente aquí en Buenos Aires.
¿Esas canciones nuevas surgen en casa o también en las giras?
En mi caso, las canciones siempre suceden durante la gira. Mi vida en gira tiene una serie de movimientos vitales y de velocidad y de cambios de escenarios, de países, de estreses, de distancias. Y es en ese estado, que no es el mejor estado de salud mental, probablemente, pero precisamente desde ese lugar es de donde escribo. Suelo terminar las giras con los discos terminados. No soy un buen escritor de canciones en los parones entre gira y gira. Eso no se me da bien. No es un espacio óptimo para mí en mi casa tranquilo. A mí las canciones hasta el día de hoy me vienen en los viajes, en los cruces con la gente, en la música que voy a escuchando, en los discos nuevos que voy oyendo, en todo lo que va sucediendo, para mí están ahí las canciones.
Y ahí nacen las colaboraciones.
Claro, esa es la parte más importante que con los años he aprendido. Las composiciones se pueden cerrar en países diferentes con amigos que le pueden poner cosas a las que tú nunca hubieras llegado. Me parece muy relevante. Siempre estamos muy pendientes del resultado de las cosas y a veces en el trayecto está el resultado de las cosas. Siento que ir por el mundo con la libreta abierta es haber entendido la jugada.
Aprovecho la referencia futbolera para preguntarte si en todo este tiempo te inclinaste por algún club de acá.
Siempre fui de San Lorenzo porque tuve la fortuna de ir al campo varias veces. El problema es que tengo una comunidad de hinchas de Boca tan grande que en los últimos 15 años se me están poniendo peligrosamente los dos pies en el estadio de Boca. Pero genuinamente el equipo que siempre me gustó desde el principio fue San Lorenzo.
¿Seguís la actualidad de los torneos de acá?
Sí, el otro día vi Boca-River, un partidazo increíble. El sábado toco en Obras y el domingo voy a la cancha de Boca, creo que es con Argentinos Juniors. Vamos con Mateo Sujatovich, de hecho. Me gusta mucho el fútbol y cada vez que vengo aquí jugamos, hacemos partidos. Es un país para vivir el fútbol.
Originalmente sos del Atlético.
Soy muy de Atlético de Madrid, así es.
Desde hace ya unos cuantos años son buenos tiempos para ser del Atlético de Madrid.
Sí, hace unos años éramos los tiernos perdedores y ahora eso ya pasó. Ahora estamos siempre con papeletas de poder ganar. A nuestra manera, ya estamos plantándole cara desde hace muchos años a los grandes. Para mí es un equipo ganador, ya no somos el eterno simpático perdedor.
¿Con qué se van a encontrar los fans que te vayan a ver el sábado a Obras?
Venimos en el mejor momento que puede venir una banda, que es después de 40 shows. Porque una banda, cuando ya lleva 60, 70 shows en un año, la agarras cansada y de alguna manera un poco mecanizada. Cuando agarras una banda con 30 shows encima es el momento. Venimos de hacer venues muy grandes y de hacer una gira… ¡La mejor gira de mi vida! El disco Gigante ha sido el que mejor ha ido y creo que estamos en un precioso momento para verlo en directo. Estoy seguro de que es el mejor momento de mi carrera. Y a pesar de que sé que las circunstancias económicas son difíciles, estoy muy agradecido que la gente de Argentina, que ha venido siempre, haga un esfuerzo por venir. En esta ocasión merece mucho la pena verlo.

Leiva se presenta este sábado 29 de noviembre en el Estadio Obras de la ciudad de Buenos Aires.
















