Legallyrxx nos invita a la Isla Takamura y habla de (((REXX)))

Desde las playas de Cancún, Legallyrxx se ha encargado de trazar una ruta propia dentro del reggaetón mexa. Alejado de fórmulas predecibles, ha construido una identidad sonora y visual que apuesta por lo alternativo, por lo emocional y, sobre todo, por lo conceptual. (((REXX))), su nuevo disco, es prueba de ello: un proyecto ambicioso que convierte el dolor en un paraíso ficticio llamado Isla Takamura.

Disponible a través de Worldwide Records, (((REXX))) es un álbum de 14 canciones que mezclan reggaetón, trap melódico, bolero, hip hop e indie latino, con una producción cuidada al detalle y un universo narrativo que lo envuelve todo. En este resort emocional, creado por el propio artista, los dolidos, melancólicos y “migajeros” encuentran refugio entre aguas cristalinas, visuales nostálgicos y letras que abrazan el duelo con suavidad.

El álbum representa un nuevo capítulo para el artista, no solo por su evolución sonora, sino por la manera en la que expande su narrativa y la eleva hacia un terreno más reflexivo. Para Legallyrxx, cada proyecto ha tenido su propio código: desde LQMGDT como primer acercamiento, pasando por El Niño de los Corazones como consolidación de su sonido, hasta este nuevo disco, donde la libertad creativa se siente en cada rincón de la isla.

En (((REXX))) también se da el lujo de tener una sola colaboración: “MI AMOL” junto a paopao, artista puertorriqueña que ha brillado con múltiples feats y cuyo estilo encaja a la perfección con el mood del álbum. La química entre ambos se siente genuina, íntima y natural.

Visualmente, el proyecto no se queda atrás. Los visualizers que acompañan el disco —inspirados en la estética de Isla Mujeres— muestran al artista en modo turista emocional: tomando agua de coco, dándose masajes en la orilla del mar, o simplemente contemplando el atardecer. Todo, mientras el duelo se digiere al ritmo de sus melodías.

En conversación con Rolling Stone en Español, Legallyrxx nos contó sobre la creación de este universo, sus referentes, su relación con la escena urbana mexicana y el poder sanador de la música.

CORTESÍA

¿Cómo has sentido la recepción del disco?

Ha superado mis expectativas. He visto mucho apoyo y eso me llena por completo. La gente está conectando con lo que quería transmitir.

Exploras muchos géneros y sonidos. ¿Te interesa posicionarte dentro del reggaetón mexa desde un lugar más alternativo?

Estoy abierto a todo. No quiero encasillarme, por eso exploro distintos géneros que me gustan. En este disco me gustó esa variedad y siento que la gente lo agradeció.

¿Te inspiran propuestas conceptuales como las de Álvaro Díaz, Tainy o Rauw Alejandro?

Totalmente. Soy fan del género y estoy muy al tanto de lo que hacen. Todos ellos han sido una gran inspiración. Me gustaría algún día estar a su nivel.

¿Cómo nació la idea de la Isla Takamura?

Surgió después de un camp en Isla Mujeres. Estábamos entre amigos haciendo música y, al terminar, sentí que ese lugar y esa vibra tenían que convertirse en algo más. De ahí nació Takamura: una isla ficticia donde dejas todo, tus mensajes, tus duelos. Cada canción del disco tiene relación con lo que puedes hacer en esa isla.

¿Por qué el nombre Takamura?

La palabra me llamó la atención. Encontré que podía significar cosas como “bosque de bambú” o “un lugar de creación profunda”, y me identifiqué con esa última interpretación. La isla Takamura es algo muy personal, muy de Alan.

¿Qué posibilidades creativas te da crear un lugar imaginario como ese?

Muchas posibilidades. Es un espacio donde puedo experimentar libremente. Incluso le di vida al personaje del Rex, un dinosaurio que habita ahí y que viene de mis inicios en la música, cuando mi primer nombre artístico era Rex.

¿Quién hizo la portada del disco?

Una diseñadora increíble. Pasamos por varias versiones hasta que dimos con esa final. Fue un gran trabajo en equipo.

La frase “empaca tu tristeza y tráela al paraíso” quedó muy marcada. ¿Es parte de lo que querías lograr?

Sí, y surgió del equipo también. Valeria y Sam de Worldwide Records aportaron la idea y le dieron más contexto al universo del disco. Me encantó cómo encajó con el mood.

CORTESÍA

¿Hacer música te ayuda a sanar? ¿O la haces para que otros sanen? 

Claro. Es mutuo. A mí me llena y al mismo tiempo conecta con personas que sienten algo similar. Es una forma de curarnos juntos.

¿Por qué decidiste que paopao fuera la única colaboración?

Sentía que este disco merecía tener solo una voz invitada, y quería que fuera una mujer. Paopao me encanta y se dio la oportunidad. Le mandé varias ideas y con “MI AMOL” fluyó todo. La canción salió de manera muy natural.

Tener a paopao ya es como un sello de aprobación del álbum, está presente en SAYONARA de Álvaro Díaz, en ATP de Nsqk, en lo nuevo de Pink Pablo… 

Sí, es increíble. 

¿Cómo dirías que ha evolucionado tu música disco por disco?

LQMGDT fue el inicio, una especie de experimento con muchas ideas. En El Niño de los Corazones sentí que consolidé un sonido propio. Y (((REXX))) fue subir el nivel: tocar instrumentos, variar géneros, experimentar más. Cada uno tiene su concepto. Por ejemplo, LQMGDT era como un cereal emocional; El Niño… giraba alrededor de aves como símbolos del amor; y (((REXX))) es el viaje emocional de una relación, desde el inicio hasta el final.

¿Hay algún artista que recomiendes?

No es mexicano, pero Andry Kiddos. Me encanta lo que hace. Me gustaría colaborar con él pronto.

¿Con quién trabajaste la producción del disco?

Con HappyKid, que ha estado conmigo desde el inicio, también J.C González y un productor que conocí por TikTok. Él produjo ‘Playa Norte’ después de que un beat suyo se viralizara y me lo mandara.

Si tu música tuviera un “sello Legally”, ¿cuál sería?

Diría que es digerible y emocional. Si te gusta, se vuelve parte de tu vida muy fácilmente.

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