¡La vida es un carnaval! 100 años de Celia Cruz
La Sonora Matancera: raíz, amor y sentimiento cubano
El 21 de octubre de 1925, hace 100 años, nacía en La Habana, Cuba, quien para muchos no es solo la mejor cantante que ha dado el país caribeño, sino también, una de las mejores voces de habla hispana de la historia: Celia Caridad Cruz y Alfonso. Bendita entre las mujeres, la infancia de Celia estuvo envuelta entre cantos de cuna para sus tres hermanos varones y el sueño de su padre de que se convirtiera en maestra. ¡Gracias a la vida no siguió el sueño de su padre, siguió el de su corazón, que palpitaba a ritmo de son cubano!
Ese corazón, palpitante y en búsqueda de expresarse, logró penetrar en las entrañas de la música cubana con una voz potente que reflejaba el sentimiento añejado de la isla: Celia Cruz iba a ser la voz principal de La Sonora Matancera a sus 25 años. Esta agrupación, ya con más de un cuarto de siglo a la llegada de Celia, era el reflejo del sonido de Cuba, un sonido previo a lo que más adelante se le conocería como salsa, pero que, en ese entonces, era son cubano, guaracha (no la electrónica latina de hoy en día), guaguancó y muchos más géneros que se caracterizaban por la elegancia y el sabor del Caribe.
Durante los 15 años que Celia Cruz estuvo cantando junto a la agrupación, se grabaron éxitos como ‘Burundanga’, ‘El yerbero moderno’ y ‘Tu voz’, una de las canciones más recordadas de la época, interpretada en vivo años más adelante por la cubana junto al mexicano Vicente Fernández, y también versionada por el Divo de Juárez, Juan Gabriel.
No todo fue color de rosa, en 1960 la agrupación viajó a México y ella no regresó a Cuba. Dos años más tarde, durante el exilio, Celia trató de volver a la isla por la muerte de su madre, pero el régimen de Fidel Castro no autorizó su viaje. Desde ese día, la Reina de la Salsa prometió no volver a su país, con los ojos cristalizados por las lágrimas y el sentimiento que se refleja en su canción ‘Por si acaso no regreso’.
Aunque algunos lazos se habían roto con su país, el amor hizo de las suyas, y se enamoró profundamente del trompetista de La Sonora Matancera, Pedro Knight, en una relación que perduró hasta que el tiempo los separó y después se volvió a encargar de reunirlos en la eternidad.
La Reina de la Salsa: la Fania All Stars y mucho más sabor
La Guarachera de Cuba siempre demostró que, en medio de una industria machista, su poderosa voz estaba no solo para convertirla en una artista reconocida, estaba para tocar el cielo y convertir las gotas de lluvia en el mejor ron cubano, para darle sabor y alegría a canciones y discos completos junto a Tito Puente, Willie Colón, Johnny Pacheco y por supuesto, la Fania All Stars, la agrupación estelar de la historia de la salsa, donde fue la única mujer en ocupar un lugar protagónico.
Dentro de su tercer disco como solista, Son con guaguancó, la canción ‘Bemba colorá’ se posicionó como una de las interpretaciones insignia de su repertorio, y más adelante, en el álbum Bravo, interpretó el himno cubano ‘Guantanamera’, una de las canciones en español más versionadas en la historia.
En 1971, ya tenía la autoridad vocal dentro de la industria para versionar canciones esenciales del repertorio mexicano, país por el cual sintió un afecto especial durante su carrera. ‘Te solté la rienda’ y ‘La Bikina’ hacen parte del álbum Nuevos éxitos de Celia Cruz.
Si de salsa se va a hablar, el nombre de Johnny Pacheco debería ser el primero en mencionarse, el músico creador —junto a Jerry Masucci— del sello discográfico Fania Records y por ende de la orquesta insignia Fania All Stars. Esta agrupación, posiblemente, haya sido la más importante de la música latina de todos los tiempos: Rubén Blades, Willie Colón, Héctor Lavoe, Cheo Feliciano y muchos otros grandes maestros hicieron parte de su nómina titular. Junto a estos y muchos otros grandes músicos, Celia Cruz grabó y canto en escenarios de todo el mundo, llevando a lugares impensados ese nuevo género musical llamado salsa, que puso a bailar al planeta.
Destaca la producción Celia & Johnny, un disco en colaboración junto a Johnny Pacheco; Live In Africa, un álbum grabado en vivo en Zaire (actualmente República Democrática del Congo) en el que se estima hubo 80.000 asistentes, y Only They Could Have Made This Album, en el que junto a Willie Colón, inmortalizaron la canción ‘Usted abusó’ y volvieron a versionar el clásico de La Sonora Matancera, ‘Burundanga’.
En 1981, volvió a encontrase con el trombonista para lanzar Celia & Willie, donde la canción ‘Latinos en Estados Unidos’ sonó y debería volver a sonar con fuerza en el país norteamericano, para que sus nefastos gobernantes entiendan la importancia del pueblo latino en su país, con el respeto y la valoración que exigen la humanidad y la justicia.
El sabor de la Reina de la Salsa no solo se hizo presenté en ese género. En 1988, lanzó la exitosa canción ‘Vasos vacíos’ junto a la agrupación argentina de ska Los Fabulosos Cadillacs, demostrando que todo buen cantante puede ir de un género a otro con una voz real y sin perder su esencia.
Pocos años más tarde, a comienzos de los 90, el disco Azúcar negra le dio la oportunidad de conquistar nuevas audiencias con el bellísimo bolero ‘Te busco’, que sonó con fuerza en todos los países de habla hispana. Cinco años después, en su álbum Mi vida es cantar, se anotaba otro éxito enorme con ‘La vida es un carnaval’, un canto al optimismo y la alegría que se convirtió en un verdadero himno para toda América Latina; esta canción también terminó siendo parte de la banda sonora de Amores perros(2000), la película mexicana que partió en dos la historia del cine en ese país.
Entre salsa, bolero y son cubano, el nuevo milenio llegó con un nuevo sonido, que, como la salsa misma, nació en las calles y los barrios populares del Caribe; Celia también triunfó al abrazar el reguetón y las sonoridades urbanas. Por supuesto, sin maquillaje en la voz y sin perder una gota de su sabor cubano salsero, lanzó La negra tiene tumbao, un disco donde esos nuevos sonidos se entrelazaron con los de la salsa. Todo esto muchos años antes al boom de la salsa urbana.
Tristemente, el miércoles 16 de julio de 2003, a los 77 años, en su domicilio de Fort Lee, New Jersey, Celia falleció tras una larga lucha contra un tumor cerebral (glioma). En diciembre de 2002, fue sometida a una intervención quirúrgica para intentar aliviar la lesión; aunque regresó al estudio y completó su último álbum, su salud se fue deteriorando. Estuvo acompañada por su esposo, Pedro Knight, en sus últimas horas. Por deseo expreso, sus restos fueron trasladados a Miami para un homenaje y luego velados y enterrados en Nueva York, donde descansa su legado.
En 2003, ya como álbum póstumo, se lanzó Regalo del alma, con un éxito que puso bailar a vivos y muertos, con un mensaje clave para los vivos: “Lo que es bueno hoy, quizás no lo sea mañana, he ahí el valor del momento, he ahí el presente perfecto […] Ríe, llora, que a cada cual le llega su hora”, cantó en ‘Ríe y llora’, dejando en claro que, hasta su último aliento, lo importante es bailar los problemas y vivir el presente. Regalo del alma fue el último disco que Celia grabó.
¡Azúcar! Un legado más allá de la música
La importancia de Celia Cruz va más allá de lo artístico y profesional, rompiendo estereotipos machistas y llevando en sus hombros la voz de una mujer latina, que pese al exilio y dolor de dejar a su familia atrás, supo seguir caminando. Con una identidad sonora y visual absolutamente única (¿cómo olvidar su infinita colección de pelucas?), ella siempre le cantó a la vida con una sonrisa en la cara, sin esconder o decir que no existen las penas, pero doblegándolas con el poder de su voz, su sonrisa y su energía contagiosa que llenó de alegría a miles de personas —sobre todo migrantes— en Estados Unidos, y en todo el mundo. ¡Azúcar!