iLe: el bolero como desahogo y memoria

El nuevo disco de iLe nace del impulso y la memoria: un viaje íntimo hacia los boleros que marcaron su adolescencia y moldearon su manera de sentir la música. Desde los trece años, la puertorriqueña soñaba con rendir tributo a ese universo donde la pasión y la decadencia se entrelazan. En su casa, entre la salsa que sonaba en el carro y las lecciones involuntarias de su padre músico, descubrió a La Lupe: la primera voz femenina que la conmovió hasta las entrañas. A partir de ahí, se sumergió en una búsqueda que hoy cristaliza en un álbum que desafía el purismo y devuelve al bolero su esencia callejera, su vulnerabilidad y su fuego.

Grabado en apenas un mes, el proyecto combina la espontaneidad de un vivo con la precisión emocional de quien conoce el oficio. Bajo la producción de Ismael Cancel, iLe reinterpreta clásicos caribeños y rescata una joya familiar: “No te detengas”, compuesta por su abuela, la única canción original del disco. Minimalista y crudo, este trabajo es una declaración de amor hacia una música que ella describe como “profesional y calle a la vez”. Un homenaje a las mujeres que cantaron antes que ella, a la imperfección como lenguaje y al poder de cantar desde el cuerpo y la historia.

Me gustaría centrar esta entrevista en tu próximo disco. Leí que deseabas hacer este álbum desde los 13 años, ¿qué memorias o emociones específicas te conectan con los boleros y esta época de tu vida?

iLe: A esa edad fue cuando empecé a desapegarme de la música más mainstream, para adentrarme en los boleros. De adolescente, escuchaba música pop normal y corriente —una como adolescente tiene sus momentos de escuchar grupos pop—, pero en casa se escuchaba de todo, sobre todo salsa y rock. También, al haber tanta gente en casa, lo que escuchaban mis hermanos y hermanas lo escuchaba yo.

Pero lo de la salsa siempre lo recuerdo en el carro, en casa también, pero en el carro papá siempre nos ponía a adivinar quién estaba cantando en ese momento o qué orquesta era. Esos jueguitos me divertían, pero también me ponían a profundizar más en los intérpretes, en los arreglos y a reconocerlos mejor. Él me presentó la primera voz femenina que recuerdo, la de La Lupe, y para mí significó mucho porque transmitía tanta pasión, muy cruda y directa. Me llamó mucho la atención, y además las letras de casi todas las canciones eran muy profundas.

En ese momento de la adolescencia fue como un impacto, porque también escuchaba más música en inglés, más allá de la que se escuchaba en casa. Y, de repente, me explotó la cabeza escuchar música en español y me fui más de lleno a conocer ese mundo. Me enamoré sobre todo de La Lupe. Siempre digo que fue una maestra indirectamente, porque crecí escuchándola y aprendí a cantar imitándola. Mi papá es músico y siempre me ha contado información sobre las canciones, todavía me manda información por mail y me da contexto, y a mí también me gusta hacer esas investigaciones.

A través de los años, he ido profundizando más en el bolero, conociendo a más intérpretes y a más intérpretes femeninas también, y entendiéndolo mejor. Entonces fue cuando me volví fanática de esta música.

Es genial, es un cambio en tu vida totalmente, y como tú mencionabas, es como una escuela también. Cuéntame por qué escogiste estas canciones en particular.

iLe: En realidad, siento que todo con este disco se dio de una manera bastante impulsiva y espontánea. Es eso mismo: sentir que era algo que llevaba tanto tiempo queriendo hacer y no encontrar el momento para hacerlo o no sentirlo. Tampoco lo consideré un buen momento para hacerlo. De repente, lo sentí y me fui por ahí. Es un mundo que he ido estudiando bastante.

Siempre me encanta seguir aprendiendo más, porque siempre hay mucho más que aprender. Pero sí, me siento con la suficiente confianza para dejarme llevar y pensar, por lo menos, en una lista de canciones, en cómo me siento y en qué tipo de bolero quiero hacer.

Creo que el bolero que más me atrae, a pesar de que hay algunos preciosos, es el que más me tiende a capturar. Pero son los que son más tóxicos, quizás. Me lleva a otro lugar, me llama mucho la atención, me transporta y me hace preguntarme qué habrá estado pasando en la vida de la persona que escribió esta canción. También me pregunto por la persona que lo canta. Hay tantas cosas que se me pasan por la cabeza que me habría encantado saber o entrevistar también a las personas que lo trabajaron. Como esas personas ya no están, soy yo la que me voy en el viaje y trato de conectar con la música de alguna manera.

Entonces, eso es lo que hice con este disco: empecé a sentir las canciones. Obviamente, La Lupe tiene que estar, porque es una referencia principal para mí, y siento que también merece un humilde homenaje por ser la primera voz femenina que conocí dentro del bolero. Pero también hay otros intérpretes, cantantes, compositores y compositoras a los que admiro un montón. La mayoría son puertorriqueños, cubanos o caribeños. Aunque también hay compositores de otros países. Pero sí, la mayoría es de aquí. 

El estilo de bolero que más me conecta es el caribeño. Y siento que la gente asocia el bolero con cierta elegancia, con cierta formalidad. Y lo que me atrapa del bolero es precisamente esa combinación. Hay una frase que dijo Yadier Molina, el pelotero, el cacho, el puertorriqueño: “Somos profesionales y calle a la vez”. Esa frase me encanta, y es justo lo que pienso del bolero: puede ser elegante, pero también es de la calle, de la comunidad; normalmente se cantan en bares, con gente alrededor. Pueden tener cierta elegancia, pero al mismo tiempo, también hay decadencia, y eso es lo que me gusta del bolero. Es lo que he tratado de transmitir con este nuevo disco, porque es ese otro lado del bolero que se desconoce. O, tal vez, todavía no se hace esa asociación.

Este disco para mí no es algo formal, sino algo informal, crudo y minimalista.

Cortesía iLe

Total, y lo que dices es verdad. De hecho, estaba viendo el vídeo de ‘Un amor de la calle’ y, en efecto, esa es la esencia de la calle.

iLe: Cuando escuchas esa canción te transportas a la calle, da igual los arreglos que tenga, da igual que sea Héctor Lavoe, hay algo que conecta realmente, tanto en la salsa como en el bolero. Yo creo que es eso, que la gente se siente identificada. En el fondo, quizá no cae dentro del folclore, pero también es música de desahogo, aunque de una manera más romántica. También, hay un desahogo dentro del bolero y por eso también me gustan estos contextos más callejeros.

Cuéntame cómo fue la parte de la producción.

iLe: Obviamente, como buena fanática, me encantan esos arreglos tan elaborados y me encanta todo este rollo de que suene así de viejo. La verdad es que, cuando hago mis discos, no me gusta sentirme muy acomodada en nada. Me gusta retarme, me gusta explorar y siento que eso es parte de lo divertido de hacer discos, es retarse un poco. Y, en este contexto, ya que son canciones que no son mías, que ya conoce cierta gente, que ya salieron. Excepto una, porque hay una que es una composición de mi abuela, es la única canción original, es la de mi abuela.

Hablamos con Ismael Cancel, que es el productor de todos mis discos, y trabajamos juntos en todo. Él había pensado en considerar la posibilidad de hacer una orquestación más minimalista, porque sabe que soy muy fanática de todo eso. Me pidió que lo considerara y que lo imaginara de una manera más minimalista. Eso me costó porque yo pensaba, “¡¿Pero cómo?! Pero es que este arreglo…”, y qué sé yo. Me da cosa por el purismo. Pero, de repente, empecé a escuchar las canciones, a visualizarme cantándolas, y a imaginar las adaptaciones. Y yo, pensé: “Está bueno. Porque, de momento, informaliza aún más estos boleros».

Entonces, la idea me empezó a gustar porque sí, hay distintas épocas en estos boleros del disco. Hay algunos que son muy íntimos, solo con guitarra y voz. Luego, hay otros que vienen de arreglos muy elaborados. Y hay que adaptarlos a la guitarra, lo que me resultaba difícil, pero le dimos un toque psicodélico y un juego que me cuadró.

Para mí, era importante usar las versiones exactas como referencia. Quería tener clara la referencia, lo que me gustaba de ella, y transmitir esa misma magia y energía dentro de un contexto mucho más minimalista. Fue un reto, pero de verdad que fue muy divertido, porque de repente le vi otra dimensión a la canción. Me gustó salirme un poco de ese purismo de fanática.

Empecé a ver las canciones cada vez más mías y eso fue divertido.

Sí, poder apropiarte de eso, puedes transmitir esa magia de vuelta, la esencia de la canción. Es un reto, también suena bastante complejo a la larga. Cuéntame sobre esa canción de tu abuela.

iLe: La canción de mi abuela se llama ‘No te detengas’. Es una canción que, cuando saqué mi primer disco, iLevitable, incluí en él, junto con otra canción de mi abuela. Pero esa, que también es una de mis favoritas, no la puse en el disco. En los conciertos la cantaba, con la guitarra.

Siempre pensé que algún día grabaría esa canción. Y ahora he sentido que era un buen momento, porque es una canción que habla precisamente del acto sexual. Como, “No te detengas en el acto sexual”. Y me parecía interesante porque, desde una perspectiva femenina, también era importante ese aspecto sexual o femenino. Y la canción es muy bonita.

Abuela me había hecho un casete con unas grabaciones suyas, algunas de ellas ya viejitas, pero otras eran de un día del año 78 en el que había cantado esas canciones en un sitio en vivo con unas amistades. Esas grabaciones están en esa cinta y una de ellas es ‘No te detengas’. La base musical, como era una actuación en vivo en un sitio informal, eran las pistas que vienen en los teclados.

Cortesía iLe

Sí, un preset.

iLe: Entonces yo quise, no sé si se percibe tanto, pero quise hacer lo mismo en la grabación, jugar un poco con esa base rítmica de teclado viejo. Y entonces le añadimos otras instrumentaciones, pero manteniendo lo minimalista y como homenaje a la informalidad con la que ella la cantó, que a mí me encanta. No sé si a ella le habría gustado, pero quizá la habría convencido. Tiene una magia especial: ir a una barra, sentarte y poner esta pista básica para cantar esta canción. Al final, después de darle muchas vueltas, me decidí por eso.

Es muy especial para mí poder cantar las canciones de mi abuela, que es la única compositora mujer de este disco. Además, es una canción original y forma parte de mi familia, a la que quiero mucho.

Es una historia increíble, muy bonita. ¿Más o menos cuánto tardaste en todo el proceso?

iLe: Es el disco más rápido que he hecho. Quizás porque ya conocía la mayoría de los boleros, pero igual tuve que trabajar bastante. Lo hice en un mes, más o menos. Obviamente, después vino todo lo demás. Y fue bonito porque se sintió como si fuera un vivo, aunque cada canción tiene su propio mundo y es distinta, pero algunas canciones las grabamos con la guitarra en directo y se escogió la toma.

Hubo una canción que fue la primera toma, salió de una y ya. Hubo otras canciones que requirieron más tomas, pero siempre fue en directo con la guitarra y la voz. Y hubo otras que no, que fue diferente. Pero era bonito tener esa experiencia tan íntima. Para mí, era importante. Sí, tuve que desconectarme de la perfección. Me gustan las imperfecciones, pero es que uno se fija en los tecnicismos y, de momento, quiere perfeccionar todo. Siento que, si lo perfecciono, pierde la esencia de lo que quiero transmitir.  Entonces, para mí está perfecto dentro de lo imperfecto.

Así que estoy contenta con esa parte, porque para mí va más allá de cantar un bolero y ya está; hay muchas cosas envueltas: hay mensajes, hay profundidades, hay texturas.

Y yo espero que a la gente le guste. No tengo ni idea. Esto es ya un mundo que disfruto mucho, pero no sé si habrá alguien que lo disfrute igual que yo. Así que va a ser definitivamente un experimento, más o menos. Es algo que tenía muchas ganas de hacer. Pensé que iba a ser mucho más adelante, mucho después. Pero luego pensé: “¿Por qué no? Puede ser ahora. Quizás ahora es el momento de hacerlo”. Por eso fue todo tan espontáneo, y me vinieron todas las canciones, y empezamos a jugarlo. Fue muy impulsivo. Por algo fue de esa manera, así que lo tomé como una buena señal.

Lo bonito es que es un álbum que te hiciste a ti, básicamente.

iLe: ¡Sí! Todo realmente tiene esa parte egoísta. Los hago para mí, pero no es lo mismo cuando son mis canciones que hay una parte vulnerable. Siento que hacer mis canciones es otra manera de expresarme. Esto es mi manera de mostrar mi admiración por esta música y de celebrar que podemos seguir escuchándola. A mí me divierte mucho. Y ya está, lo hice.

Hablemos también un poco de la residencia de Bad Bunny, de lo que pasó en Hawái, de tu actuación. Cuéntanos qué tal fue la experiencia y cómo sucedió todo.

iLe: Cosas que uno no espera que vayan a pasar y, de momento, pasan. En realidad, estoy muy agradecida. Desde que me hayan invitado a cantar, para mí es una canción que expresa muchos sentimientos que yo también puedo sentir como puertorriqueña. Y viviendo aquí siento que la inquietud es similar, de dónde surge esa canción y todo eso. Entonces, sí, obviamente era un reto porque uno siente que la gente puede minimizar al ser alguien del género urbano, él la canta dentro de un registro grave. Uno piensa: “Ay, sí, eso es fácil”. Pero en realidad, en mi caso, cuando me pongo a practicarla, hay mucha emoción envuelta. Tengo que adaptar mi registro al suyo, verlo como un juego. Tienes que interpretarla de una manera en la que se transmita realmente la canción y tenga fuerza. Entonces, para mí fue todo un reto, la practiqué varias veces.

Y, básicamente, mi equipo se comunicó conmigo para decirme que [Bad Bunny] me invitaba a hacer la canción. Obviamente, siento que es una canción poderosa y sí puedo sentirme identificada con el mensaje que lleva, pero sentía la responsabilidad de hacerlo bien, de transmitirla de manera directa para que se entendiera su peso. Es una canción que se puede interpretar como un lamento, pero yo la veo más como un grito. Lo veo como un grito de lucha. Entonces, aquí la gente le tiene un poco de miedo a esos conceptos de lucha, a pesar de que la tenemos dentro, les tenemos miedo al mismo tiempo. Entonces, quería darle más peso al grito de lucha que tiene esa canción y no dejarlo en el lamento, porque para mí una cosa lleva a la otra. El lamento nos lleva a esa fuerza y ese coraje que nos lleva a actuar y a sentir esa emoción.

Sí, fue una experiencia increíble. Sentir también la reacción del público fue muy emocionante. Estar en Puerto Rico, cantar en Puerto Rico, con todo lo que representa este show en general, está muy conectado a nuestra situación colonial y a nuestra realidad. Es poderoso tener la oportunidad de llevar un mensaje tan importante.

Cortesía iLe

Además, eres una de las pocas artistas que, durante las residencias, ha tomado el micrófono para hablar de Palestina y de otras luchas.

iLe: Estamos en este mundo para sentirnos más unidos los unos a los otros y que podemos tener nuestras diferencias, pero es importante entenderlas. Entonces, la gente a veces se enfoca demasiado en la discusión o en la pelea, en lugar de buscar la manera de entender las distintas posturas o ideales, se centran en discutir y pelearse. Entonces, siento que se confunde todo más y nos desconectamos de la humanidad, del verdadero propósito de solidarizarnos.

Nadie querría estar pasando por lo que está pasando Palestina. Entonces, ¿cómo no solidarizarnos con ello? Siento que la raíz de toda esta situación es muy humana y es importante que busquemos todos la manera de conectar más con esa raíz. Creo que nos quedamos en la superficie y no conectamos con la raíz del problema. Obviamente, el sistema en el que vivimos, justamente, lo que se promueve es esa distracción, esa superficialidad, esa confusión. No buscamos más allá de lo que tratan de esconder. Hay una deshumanización profunda.

No podemos caer en esa trampa de la deshumanización; al contrario, tenemos que buscar la manera de solidarizarnos como personas, porque, si no, ¿para qué estamos aquí? ¿Para qué vamos a seguir viviendo? Cada uno por su lado, individualizado y en su burbuja, no tiene sentido vivir así. Entonces, cuando cantas canciones como esta, te das cuenta de que sí, de que todos realmente necesitamos esa conexión para sobrevivir en un mundo tan tóxico.

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