Fosa común expone crímenes ocultos del régimen de Assad
La caída de la dictadura de Bashar al-Assad deja un legado de dolor entre su población, y las cicatrices que ha dejado su opresión (parece) que empiezan a sanar, mientras se revela ante el mundo la crueldad de sus políticas que tuvo sobre su población.
En diciembre de 2024, Siria fue tomada por los rebeldes sirios, con una ofensiva que duró once días, consiguiendo poner fin a la dictadura de Assad, sin mayor resistencia.
El dictador buscó asilo en Moscú, junto con su familia, mientras miles de sirios regresaban del exilio con esperanza de regresar a casa.
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Ante la apertura de un nuevo gobierno liderado por su presidente interino, Ahmed al-Sharaa —quien tiene antecedentes yihadistas— se abre paso a un nuevo gobierno, el cual busca reconocimiento internacional y lidia con la legitimidad de su gobernabilidad.
El discurso que dio ante la ONU muestra un antes y un después para el pueblo sirio, diciendo: “La historia siria es una historia de lucha entre el bien y el mal”, y añade, “durante muchos años hemos sufrido injusticia, privación y opresión. Luego nos levantamos para reclamar nuestra dignidad”. Vía Al Jazeera
Recientemente, la agencia Reuters ha revelado que el gobierno de Assad llevó a cabo una operación clandestina durante dos años, transportando miles de cuerpos desde una de las fosas comunes más grandes del país, hasta un lugar secreto, ubicado a una hora de distancia en el desierto.
Se reporta que la conspiración del ejército del expresidente Bashar al-Assad excavó una fosa común en Qutayfah, y creó una segunda fosa enorme en el desierto, a las afueras de la ciudad de Dhumair. No se había informado previamente de esto.
Reuters confirma que para corroborar la información, recuperó el testimonio de 13 personas con conocimiento directo de este esfuerzo, el cual duró dos años para mover los cuerpos, revisaron documentos elaborados por funcionarios involucrados y se analizaron cientos de imágenes satelitales de las dos fosas tomadas a lo largo de varios años.
Khalil Ashawi/ Reuters
Esta operación, de transferir cuerpos de Qutayfah a otros sitios ocultos a kilómetros, se llamó “Operación Mover Tierra” el cual duró desde el 2019 hasta el 2021. El objetivo de esta operación buscaba ocultar los crímenes que cometía el gobierno de Assad y reconstruir su imagen.
Con al menos 34 zanjas de dos kilómetros de largo, las fosas de Dhumair está entre las más extensas creadas durante la guerra civil siria, de acuerdo a la agencia. Los testimonios y las dimensiones que tiene este sitio sugieren que podrían estar enterradas decenas de miles de personas.
Apróximadamente en el 2012, Assad comenzó a enterrar los muertos en Qutayfah, durante las primeras etapas de la guerra civil. Esta fosa contenía los cuerpos de soldados y prisioneros que murieron en las prisiones y hospitales militares del dictador, según señalan los testigos.
Desde el 2014 un activista revelaba en la prensa local la existencia de estas fosas y su ubicación general en las afueras de Damasco.
Cada semana, durante cuatro noches, desde febrero de 2019 hasta abril de 2021, se movilizaban entre seis y ocho camiones cargados con tierra y restos humanos que viajaban desde Qutayfah al sitio en el desierto de Dhumair, según los testigos involucrados en la operación. No se confirma que hayan llegado cuerpos de otros lugares y tampoco se ha encontrado documentación que se mencionara la “Operación Mover Tierra” o fosas comunes en general.
Los implicados mencionan recordar vívidamente el hedor, incluyendo dos camioneros, tres mecánicos, un operador de bulldozer y un exoficial de la Guardia Republicana de élite de Assad, quien participó desde los primeros días del traslado.
La iniciativa de trasladar miles de cuerpos nace a finales de 2018, cuando Assad estaba a punto de ganar la guerra civil siria, comenta el exoficial de la Guardia Republicana. El dictador esperaba recuperar reconocimiento internacional, después de años de sanciones y denuncias de su brutalidad, señala el oficial.
En aquel entonces, Assad ya había sido acusado de realizar detenciones arbitrarias, pero ningún grupo independiente sirio ni organización internacional tenía acceso a las prisiones o a las fosas comunes.
Los testigos comentan que los comandantes militares les informaron que el objetivo del traslado era vaciar la fosa común de Qutayfah y ocultar pruebas de matanzas.
Son más de 160,000 personas desaparecidas y se cree que están enterradas en las decenas de fosas comunes que creó Assad, según grupos de derechos sirios. Una excavación organizada y con análisis de ADN, ayudaría a rastrear a los desaparecidos, permitiendo saber qué les pasó a toda esa gente desaparecida.
Sin embargo, Siria cuenta con escasos recursos para realizar el reconocimiento necesario, incluso las fosas comunes más conocidas no están protegidas ni excavadas. Los nuevos líderes que han derrocado a Assad no han publicado ninguna documentación sobre las personas que fueron enterradas ahí, a pesar de las insistencias de los familiares desaparecidos.
Raed al-Saleh, Ministro de Gestión de Emergencias y Desastres de Siria, ha dicho que la enorme cantidad de víctimas y la necesidad de reconstruir el sistema de justicia dificulta el trabajo. Con la nueva Comisión Nacional para Personas Desaparecidas de Siria, se han anunciado planes para crear un banco de ADN y una plataforma digital centralizada para las familias de desaparecidos; se señala la urgente necesidad de capacitar especialistas en medicina forense y pruebas de ADN.
La Syria Justice and Accountability Center, dirigida por Mohamed Al Abdallah, trabajan como una organización que rastrea a los desaparecidos e investigan los crímenes de guerra perpetrados en la región. El director menciona que el traslado improvisado de cuerpos como el de Qutayfah a Dhumair fue desastroso para las familias en duelo.
“Armar estos cuerpos para que se puedan devolver restos completos a las familias será extremadamente complicado” dijo Al Abdallah al enterarse de los hallazgos.
Los testimonios recopilados comentan que haber divulgado información relacionada a estos hechos, podría haberles implicado una muerte segura, uno de los conductores declara: “Nadie desobedecería las órdenes”, dijo. “Tú mismo podrías terminar en los hoyos”.
La BBC ha publicado una cobertura en la aldea de al-Otaiba, en el distrito de Ghouta Oriental, en este sitio se encontraron con 60 fosas con restos humanos y se espera que la cifra siga creciendo.
Uno de los testimonios que recuperan los reporteros es el de una madre, a quien le hicieron escoger por la libertad de su hijo o el de su esposo: “Me llevaron a mí y a mi hijo a la rama de seguridad”.
“Nos golpearon a los dos. Me mostraron a mi hijo en la cámara y me preguntaron si quería a mi esposo o a mi hijo. Dije que quería a mi hijo”.
Las autoridades le pidieron que firmara un documento que dijera que su esposo era un terrorista, ella se negó. “Nunca lo vi portar un arma”, dijo. “Salió a manifestarse porque tenía hambre”.