Falleció Carlos Barbosa, uno de los más importantes actores colombianos
Carlos Alfonso Barbosa Romero, nacido en Cali el 15 de enero de 1944, fue más que un rostro reconocido de la pantalla: fue un actor con conciencia de oficio, con ideas claras sobre el arte y el rol del intérprete en la sociedad. Falleció el 9 de octubre de 2025 en su hogar en Bogotá, tras dos años de tratamiento paliativo por un mieloma múltiple. Su esposa, la también actriz Myriam Bohórquez, confirmó su muerte con palabras sencillas y dolorosas: “Se fue en paz y tranquilo. Ya deseaba irse”.
Estudió Arquitectura en la Universidad del Valle, pero su vocación tomó otro rumbo desde el teatro universitario. Ingresó al histórico Teatro Popular de Bogotá (TPB), donde trabajó bajo la dirección de Fanny Mikey, Jorge Alí Triana y Luis Alberto García. Formó parte de una camada de artistas que construyó el teatro moderno colombiano y representó al país en festivales internacionales. Su repertorio teatral incluyó clásicos como La Gaviota de Chéjov, Tartufo de Molière y La ópera de tres centavos de Brecht, montajes que cimentaron su prestigio como actor serio, disciplinado y versátil.
Su ingreso a la televisión se dio en 1969 con Candó, una telenovela de época que abrió la puerta a un medio en plena expansión. Pronto se volvió un actor habitual en las pantallas con dramas históricos, comedias costumbristas, unitarios y novelas contemporáneas. Apareció en títulos como Teatro popular Caracol, La vorágine, La abuela, El virrey Solís, El gallo de oro, Los cuervos, Los pecados de Inés de Hinojosa, La mujer del presidente y La saga, negocio de familia, entre muchos otros trabajos memorables.

Uno de sus papeles más recordados fue el de Eurípides en El divino (1987), un personaje gay representado con honestidad y humor en un momento en que la televisión colombiana apenas exploraba estos temas. Más adelante, su papel del “terrible” jefe Ernesto en Vuelo secreto (1992–1998) lo acercó al gran público, así como sus apariciones en Bermúdez, Los protegidos y El clon, donde interpretó a Tío Abdul. En cine es recordado por películas como Ayer me echaron del pueblo y Pisingaña.
Barbosa fue un actor que sabía adaptarse sin perder rigor. Villano o cómico, protagonista o actor de reparto, asumía cada rol con profesionalismo y profundidad. Se mantuvo activo hasta sus últimos años, con participaciones en series como Garzón, La ley del corazón y La de Troya. Su último trabajo en televisión, aún inédito, es la serie Las de siempre. En teatro, su aparición más reciente fue en Una carcajada que se convierte en tos, una comedia de humor negro presentada en el Teatro Belarte.
A lo largo de su carrera, recibió reconocimientos como el Premio Simón Bolívar, la Orden Simón Bolívar, el Nogal de Oro y el Juana Sujo (Venezuela), además de nominaciones a los Premios India Catalina por El divino, Pasiones secretas y Los protegidos. Nunca se aferró a la fama ni al protagonismo. Fue un actor de fondo.
Carlos Barbosa tuvo dos hijos, Bella y Carlos Barbosa Arias, fruto de su matrimonio con la actriz Chela Arias, con quien estuvo casado entre 1968 y 1988. Ambos hijos residen fuera del país y viajarán para despedir a su padre.
Su vida terminó lejos de los sets y escenarios, pero su legado sigue resonando en cada generación de actores colombianos que lo vio como referente. Carlos Barbosa fue, ante todo, un profesional que tomó su arte en serio, y que trabajó en silencio, con pasión, hasta el final.