Exclusiva: HUMBE presenta ‘Morfina’,un preludio de DUEÑO DEL CIELO
Como celebración de su cumpleaños número 25, HUMBE presenta su nuevo sencillo ‘Morfina’. Una canción introspectiva que hace alusión al opiáceo de su título, el cual cumple la función de sanar el dolor. En la canción, el amor se presenta como una experiencia infinita que trasciende el tiempo, el cuerpo y la muerte.
Con un experimento sonoro, y un preludio que nos prepara para su siguiente álbum, el cantante, escritor y productor regiomontano le da a ROLLING STONE En Español la exclusiva sobre lo que promete ser “su mejor trabajo” hasta la fecha.
Durante su trayectoria hemos visto distintas facetas y sonidos que lo posicionan como uno de los artistas más sólidos en la escena latinoamericana. Con su talento para escribir, HUMBE menciona que “‘Morfina’ es de las canciones más sencillas que he hecho en toda mi carrera. Desde que comienza es una guitarra muy simple. Antes la definía un poquito como folk, pero también llega a ser una balada. Llega mucho más al corazón, sónicamente hablando”. Además, admite estar encantado de relacionar la canción con la palabra simpleza.
Al producir en compañía de su hermano Emiliano, todo resulta más sencillo para él. “Nosotros al hacer música siempre acostumbramos a meter muchos elementos, lo cual es hermoso, porque encuentras un cierto arte. Nos gusta tener muy clara la curación sónica que hacemos al momento de hacer cada disco. En esta canción quisimos ir por lo sencillo, porque realmente lo que tiene el mensaje de esta canción es lo potente, lo fuerte de esto”, confiesa. Esa conexión creativa también se extiende al plano visual. ‘Morfina’ llega acompañada de un video musical dirigido por Emiliano, quien ha estado detrás de varios de los proyectos visuales más representativos de HUMBE.
Sobre el proceso creativo, admite estar fascinado con la canción. Incluso al escucharla “por primera vez” lo sintió como un momento muy especial. “Suena raro decir ‘por primera vez’, porque la escribimos entre nosotros, pero podemos acordar Emiliano y yo, que siempre tenemos una primera vez al momento de escuchar una canción, que no es lo mismo que cuando la escribimos. Cuando la escribimos estamos en ese momento de filtración con algo que nos está haciendo poder escribir eso, pero no es genuinamente lo que nos representa”, relata. Al intentar acercarnos a su sentir, él lo describe como una borrachera: “Es cuando te pones una borrachera muy cabrona, que no sabes ni lo que haces y estás tomando decisiones en las que no sabes qué chingados estás haciendo. Al día siguiente ves videos y es como de ‘a la verga’. Acá es lo mismo, pero en el lado bonito. Es como ‘yo hice eso, yo escribí eso’.”
“Esta primera vez [escuchando Morfina] para nosotros, fue hermosa, fue gigante.”
HUMBE relata recordar voltearse a ver con su hermano y quedar ambos con un nudo en la garganta. Fue tan genuina su reacción que, la misma versión que logró tocarlos profundamente, fue la que decidieron presentar como versión final. “Le agregamos una orquesta atrás que solo fue acentuar un poquito unas cosas, pero también con el sentimiento de que lleva una línea tan marcada.” Al escribir ambos la canción, admite que cada uno lo hizo desde su universo, pensando en cosas diferentes. No había una figura clara, una fuente precisa de inspiración, pero el sentimiento para los dos era auténtico. “Yo genuinamente no sé a quién se le estaba escribiendo en ese momento”, recuerda, “pero sé que el sentimiento era real porque yo me sentía de esa forma”.
Escuchar la canción por primera vez lo hizo pensar en un ser muy querido, haciéndolo entender que, de alguna forma, también podría haber sido para esa persona. Tal vez por eso le conmueve tanto pensar en cómo una sola canción puede habitar distintos mundos en un mismo tema. Porque, al final, descubrió que una sola canción puede tocar todas esas fibras en diferentes personas.
“Lo bonito de la música es eso, que el néctar de la canción es el mismo y es tan poderoso que hace que pueda empatar con diferentes situaciones de vida.”
Sobre la relación de trabajo con su hermano Emiliano (con quien colabora en la escritura, producción y dirección de su proyecto), dijo que existe una mezcla de respeto y confianza que no suele usar para describir a otros colaboradores. Dice que nunca le ha gustado escribir con nadie porque siente que hacerlo implica desnudarse emocionalmente frente a otra persona. “Con la única persona con la que siento esa tranquilidad de poder encuerar mi alma es con Emiliano”, cuenta.
Desde aquella primera sesión en la que escribieron juntos, se volvió un lazo más profundo, una conexión que él describe como espiritual. No es algo que hagan con todo el tiempo, precisamente porque lo valoran demasiado. Esperan a que los momentos se alineen para que la emoción sea genuina. A veces fluyen juntos desde el inicio y en otras ocasiones prefieren tomar distancia, escribir por separado y luego volver a encontrarse. Pero cuando lo hacen, asegura, siempre obtienen grandes resultados. “Nunca nacen cosas que no son fuertes, siempre nacen cosas poderosas. Esa es la diferencia.”
Sobre su nuevo disco, HUMBE habla con una mezcla de emoción, alivio y un poco de miedo. Fue emocionante escucharlo reconocer que considera DUEÑO DEL CIELO su mejor trabajo hasta ahora. Un dato difícil de creer, considerando que viene de las palabras del creador de proyectos como ARMAGEDÓN (2024) y ENTROPÍA (2021). “Me preocupa un poquito ver qué voy a hacer después de este disco. Yo creo que me voy a retirar de la música”, bromea. “He estado en esa duda, pero tampoco me látigo mucho en ese caso, porque después de ARMAGEDÓN dije, ‘güey, ¿cómo voy a superarme en esto?’, pero pasó y llegó DUEÑO DEL CIELO”.
El álbum, cuenta, estará acompañado por una orquesta, algo que desde el principio sintió que debía ser parte esencial del proyecto. Es un trabajo que ha desarrollado durante años y que ahora, finalmente, está terminado. “Ayer fue mi último día de mezcla. Ya tengo el proyecto, ya tengo el álbum. Todavía no me la creo.” Dice que esta obra es, de algún modo, su carta de presentación definitiva, una síntesis de su visión artística. Cada persona a la que se lo ha mostrado, asegura, ha coincidido en que “esto no existe”, una reacción que lo llena de orgullo y también de incertidumbre sobre lo que vendrá.
“Estoy tan enamorado de este disco que yo creo que voy a vivir en él por un muy buen rato. No sé cuándo voy a volver a sacar música en esta magnitud después de esto.”
Respecto a su concierto de este mes en el emblemático Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, admite estar en proceso de asimilar lo que significa presentarse en un espacio de esa magnitud. “Todavía no me la creo, es una locura”, admite. Las reuniones creativas, los ensayos, las coreografías, los guiones y hasta los movimientos exactos sobre el escenario lo tienen completamente inmerso en la preparación de un espectáculo que, asegura, será irrepetible.
“Es una experiencia que no se va a repetir, porque es nada más esa noche”, explica. Sabe que, por el formato del concierto, algunos asistentes podrían no saberse todas las canciones, pero eso no le precupa. Está convencido de que la conexión sucederá igual. “Todo lo que van a vivir ese día es completamente intencional. Todo es hermoso y estoy muy emocionado por que lo vivan. También por vivirlo yo. Así como para ustedes va a ser solo una noche, para mí será igual.”
“Lo único que les pido a todos los que van a ir es que estén en un punto de recibir lo que sea que pase”
Por su lado, el hermano de HUMBE, Emiliano Rodríguez, quien ha colaborado con él en distintas etapas de su carrera y en proyectos visuales como KINTSUGI y 1980, recuerda que el proceso creativo de este nuevo disco tuvo una energía completamente distinta. Contó que viajaron a Islandia para trabajar la primera fase del proyecto y que pasaron un mes allá, concentrados únicamente en componer y experimentar. “Esa fue como la parte inicial del proceso, que fue la parte creativa. Ahí estuvimos un mes, encerrados en una casa, trabajando y trabajando, casi volviéndonos locos, porque en el tiempo que fuimos no anochecía. Siento que el lugar donde fuimos nos dio bastante inspiración.”
Acerca de la producción, ambos destacaron el cuidado y atención que le pusieron a cada detalle. “Hay un plugin en el que pasamos una guitarra a través de la raíz de un árbol y suena súper angelical. De hecho, la primera vez que la hicimos, era una canción muy simple, pero ahora hay una parte en donde se logra escuchar hasta la jeringa de cuando te estás poniendo morfina. Puedes escuchar este proceso de anestesiarte tú y anestesiar todo lo que tienes afuera.” Recalca que son sonidos que, tal vez si no los mencionan, puede que no los capten, es por eso que es importante para ellos que se resalten.
En el tema, hay un momento en el que los sonidos se vuelven casi cinematográficos. Emiliano explica que puede escucharse el goteo y el ruido de una jeringa inyectándose, detalles sutiles pero cargados de intención. “Es esa pregunta de: ¿qué sentirías tú cuando tienes una sobredosis de amor, de cosas que no tienes?”
Más allá del detalle técnico, lo que llama la atención es la pasión con la que ambos hermanos hablan de su trabajo. Ya sea en la composición, la producción o la dirección visual, su colaboración ha crecido hasta volverse una especie de proyecto familiar en el que cada uno entiende perfectamente cómo piensa y siente el otro.

Con el tiempo, la forma en que Humberto y Emiliano trabajan juntos ha cambiado por completo. Emiliano reconoce que en los primeros años había una necesidad de complacer, de ajustarse a lo que otros esperaban. “Como cualquier persona que entra a una industria que no conoce, te dejas llevar por muchas opiniones que a veces no son de la gente que te consume ni de la que comparte tus creencias”, explica. Esa etapa estuvo marcada por la búsqueda de aprobación, por hacer canciones pensando más en el oyente que en ellos mismos.
“Hemos aprendido durante todo este tiempo que al final del día, la persona a la que tenemos que complacer, es a nosotros”
La autenticidad, para ellos, se volvió una regla de trabajo: si HUMBE no se siente identificado con una canción, no tiene sentido defenderla en un escenario. “Es muy difícil pararte a cantar una canción miles de veces si no te gusta o si la hiciste por las razones incorrectas”. Más que un cambio en la técnica o el método, lo que ha evolucionado es la intención. Ahora crean música que realmente los representa, canciones que podrían escuchar toda la vida sin arrepentirse de haberlas hecho. “A veces pasa lo opuesto: haces una canción de la que no estás orgulloso, pero se vuelve súper famosa y dices ‘ahora tengo que salir a defenderla aunque no me gusta’, porque te la piden siempre”, dice entre risas, asegurando que “gracias a Dios” no les ha pasado. “Estamos muy orgullosos de todo lo que hemos hecho”.
Más allá del simbolismo sonoro, tanto él como Humbe viven con emoción la cuenta regresiva hacia su próximo concierto. “Estamos súper emocionados”, dice. Será la primera vez que el público escuche su nuevo material en vivo, antes de su lanzamiento oficial, una experiencia que ambos quieren compartir de manera íntima con los fans, como una presentación única de lo que consideran su proyecto más ambicioso hasta ahora.
Para los hermanos, ver todo lo que han construido juntos sigue siendo algo difícil de asimilar. Hay una gratitud genuina detrás de ese asombro, una sensación de extrañeza ante lo que han creado juntos, casi como si las canciones hubieran nacido por sí solas. “A veces escribes algo y no sabes ni qué estabas pensando, como si no lo hubieras escrito tú”. Esa mezcla de sorpresa y agradecimiento atraviesa todo lo que hacen, y quizá por eso siguen creando, porque al final del día lo que los mueve es justamente eso: la reacción de la gente y el deseo de seguir compartiendo lo que los une.












