“El rock está en un gran momento”: Airbag
Entre las múltiples fusiones de géneros y sonidos que dominan hoy la música, a veces se agradece volver a propuestas que parten de lo convencional y lo tradicional. Airbag, la banda de rock argentina integrada por los hermanos Patricio, Gastón y Guido Sardelli, es una de esas agrupaciones que no decepcionan cuando se busca un refugio seguro, donde el rock en español preserva su esencia más pura y voraz.
Airbag sabe de tradición, disciplina y constancia. Los hermanos Sardelli mostraron un interés musical desde muy temprana edad, misma que después se desenvolvió en una pasión inaudita por el rock. Dos décadas después, se han consolidado como referentes dentro de la escena del rock en español, inspirados por seguir apostando en la base clásica del género. “Lo que más nos define es tocar los instrumentos y organizar los elementos de la música, ejecutarlos de manera directa. La verdad es que los géneros van y vienen. El rock se caracteriza por haber sido el primer género en romper barreras e incluir otros ritmos. Tal vez hay una visión equivocada de lo que fue o es el rock, que lo ven como algo muy dogmático, pero no es así”, explica Guido Sardelli de Airbag en exclusiva para ROLLING STONE en Español.
Si bien se recuerda, en la historia del rock también se concibieron algunas agrupaciones que incursionaron en otros sonidos o vertientes musicales, sin estar atados o fijados en las raíces que predominan en el género. “Creo que esta es la magia del rock. Los Beatles, que quizá fueron la primera banda de rock más tradicional, pudieron quedarse haciendo canciones de rock n roll más tradicional como Elvis, pero empezaron a usar instrumentos hindúes, además de incorporar sonidos de otros lados. Así, quizá crearon el significado universal de lo que se conoce como rock”, considera y recuerda. “Creo que con eso estamos muy cómodos”.
La proyección de Airbag destaca por un sonido y proyección que va más allá de lo contemporáneo y comercial. Los músicos tienen una visión artística que parte de lo aspiracional, intangible y sólido, pero sin dejar de apostar a la innovación de lo que actualmente se propone en el género. “Tal vez lo que menos me gusta de los géneros nuevos es que una canción tiene 10 autores. Lo siento más industrializado y menos artesanal. Nosotros conservamos lo artesanal porque somos los tres: componiendo, escribiendo y manteniendo nuestra esencia”, revela. “Esto, para mí, es lo más importante”.
Y agrega: “Lo urbano es más definible, es más fácil de caracterizar por el ritmo de cómo se baila. La salsa también es muy fácil de definir, por toda la temática. En el lado del rock, la verdad es que tiene mucha variedad. Hay gente que es muy dogmática y piensa que el género es de una sola manera, pero eso son los menos, porque los más entienden que el rock es un lugar donde se tiene que abrir la cabeza”.
Tras 20 años de trayectoria, Airbag marca su camino como una agrupación que se conforma por la autogestión y la voracidad de su sonido. Si bien no es fácil seguir vigente en la industria musical por más de 20 años, es aún más complejo ser relevante en un género tan controversial como lo es el rock actualmente. Partidarios y fanáticos del rock aseguran que el género está por morir, sino es que ya murió con leyendas como Elvis Presley, The Rolling Stones o The Beatles; sin embargo, el sonido de Airbag ha logrado construir uno de los fenómenos más sólidos y trascendentes del rock contemporáneo.
“No hemos cambiado tanto, aunque hayan pasado tantos años. Te juro que seguimos teniendo las mismas mañana y seguimos siendo nosotros tres. Nos juntamos cuando tenemos la intención de hacer algo juntos y le empezamos a dar nuestra identidad. Parece que no va a cambiar nuestra dinámica”, dice. “La ventaja de la hermandad es que tienes una honestidad cruel y salvaje. Le puedes decir, con amor: ‘Esa canción es una mierda’ [Risas]”.
Parecería, que después de tantos años en el ruedo, Airbag sigue en el camino de la búsqueda del éxito rotundo. Sin embargo, la agrupación argentina se encuentra priorizando el momento, viviendo las experiencias que les regala la música y disfrutando de lo bueno que acontece actualmente en su trayectoria. “Nuestro sueño es seguir tocando, estando juntos como hermanos, amigos y banda, que no es tan sencillo como parece. No es tan fácil estar creativo y motivado cuando no alcanzas los objetivos, tampoco cuando los alcanzaste. Son dos momentos en donde la cohesión de un grupo tiene que estar alineada, y eso no es sencillo”, dice.
“Yo creo que lo que más deseamos es estar juntos, disfrutar la compañía del otro y llevar adelante nuestra música”.
Los hermanos Sardelli han hecho crecer su proyecto de manera exponencial con el paso de los años. Cada integrante ha aportado su propio sello a la esencia característica de la agrupación argentina, tanto en lo sonoro como en lo conceptual. En cada uno de sus trabajos de estudio se percibe una evolución musical única, capaz de atraer al público y conducirlo por un viaje energético sustentado en la profunda comprensión que la banda tiene del rock. Desde Voragine (2011), los miembros del grupo han buscado construir una identidad disruptiva en la que sus ideas y estilos personales se materializan para alcanzar un equilibrio expresivo.

Si bien es difícil encontrar una estabilidad expresiva, la visión sonora de los hermanos Sardelli se parte con: Pato desde la guitarra, comunicándose a través del instrumento sin tener que decir palabra alguna; Guido, por otro lado, transmite sus emociones a través de la lírica, ritmos y energías que sus hermanos tal vez no pueden tender; mientras que Gastón es el más intelectual y técnico con respecto a la creación de un material. “Nosotros vamos armando y desarmando la música, desde la letra hasta la identidad. Hacemos todo nosotros. Tenemos muchos campos de batalla porque no usamos productor ni nada. Las decisiones las sacamos en una violenta democracia [Risas]”, revela.
Con estos años de experiencia, Guido Sardelli afirma que el rock está en un gran momento. El artista explica que el rock necesita empezar desde abajo, es decir, no desde la masividad a la que estamos acostumbrados, como las redes sociales o la proximidad y viralidad que toma la música en las plataformas streaming. Es como un viaje a través tiempo en el que vas a un bar y disfrutas de la buena música en vivo: ahí necesita nacer el rock.

“El género necesita empezar en un club chiquito de 300 personas, donde vieron a una banda en vivo y les gustó. Después, van a verla y ya son 500 o 600 personas. No es un género que está preparado para empezar en las redes sociales. Empieza, por lo general, ejecutado en vivo, con el público y con sus reacciones. Esto provoca que pase algo”, considera. “El problema con esto es que necesitas más tiempo, mantener tu banda cerrada y formar un sonido. Lo malo es que la industria no tiene ese tiempo y paciencia. Ellos buscan resultados rápidos y es perjudicial, porque no le dan tiempo a los grupos a desarrollar un sonido”.
Y continúa: “Igual creo que el rock está en un muy buen momento. Desde el punto de vista clásico, está en su mejor momento. Todos los grupos históricos están haciendo las giras más grandes de su carrera, es increíble. Eso está en su mejor momento. Ahora, hay que ver qué sale de esos chicos que los están yendo a ver; qué construyen y que se llevan”.
Por ahora, Airbag se encuentra concentrada en seguir creando música a través de lo que les mueve, inspira y apasiona. La agrupación argentina sigue y seguirá apostando por la base clásica del género, sin dejar a un lado sus ideales y metas como hermanos y amigos.











