CIMA: La presencia femenina en el cine español aún no supera el 40%
Ha sido en el marco de la celebración del Día del Cine en España cuando la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) ha elegido presentar su décimo informe anual, donde reveladores hallazgos sobre la representación y condiciones laborales de las mujeres en el sector del largometraje se han expuesto ante el ojo público. Con cada informe que CIMA publica, se han logrado avances considerables en la lucha por la igualdad de género de España. El informe de este año, elaborado por la socióloga Sara Cuenca, es el primero en incluir un análisis de las narrativas dominantes con respecto a la mujer en el mundo audiovisual —desde la edad hasta la identidad de género.
Hace unas semanas, como respuesta a una problemática histórica, la Asociación de Mujeres Cineastas también presentó el primer informe estatal sobre violencia sexual en la industria del cine y el audiovisual, revelando datos sumamente alarmantes: un 60.3% de las empleadas en el sector audiovisual han sufrido algún tipo de violencia sexual.
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“Podrían alcanzarse niveles de equidad próximamente, siempre que se mantenga o se intensifique la tendencia actual”, señala el informe. Por primera vez desde que se realiza, la asociación de mujeres del ámbito audiovisual adopta una perspectiva optimista. Aun cuando no se haya logrado un avance sustancial en la equidad dentro de un sector mayoritariamente masculinizado, se observa un crecimiento sostenido.
Un dato inédito del décimo informe: en nueve años (2015 a 2024), la representatividad de mujeres en el sector del largometraje ha aumentado del 26% al 38%, es decir, una tasa anual de crecimiento del 4.2% —acelerándose al 4.7% en la última década. Cabe destacar que, aunque la representación femenina aún no supera ni el 40% del total, si la tendencia actual continúa, la equidad entre géneros mínima podría alcanzarse para el 2026.
CIMA
Entre otros avances, se observan distintas trayectorias de evolución según el puesto. En áreas como Diseño de Vestuario (83%) y Maquillaje y Peluquería (76%) predominan altos niveles de feminización. Mientras que en Dirección Artística (68%) y de Dirección de Producción —que ha experimentado un notable crecimiento anual elevado del 7.2% en los últimos cinco años— se evidencia una participación femenina cada vez más relevante.
Lamentablemente, en campos como Guion (37%), Composición Musical (26%), Efectos Especiales (35%) y Sonido (26%) se mantiene una tasa de crecimiento bastante baja; y tanto la Producción (24%) como la Dirección de Fotografía (21%) presentan avances prácticamente nulos.

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En cuanto a la brecha económica estructural, esta representa una problemática de desigualdad persistente desde hace años. En 2011, las mujeres recibían un 60% menos de recursos que los hombres. Para 2024, esta cifra se ha reducido su diferencia a un 24%, lo que supone un avance lento pero significativo. Un dato relevante es que las cintas dirigidas por mujeres cuentan con presupuestos 24% inferiores en promedio, lo que representa una diferencia de más de medio millón de euros por largometraje. Esta cifra evidencia la limitación presupuestaria que afecta la ambición creativa, la escala y la calidad técnica de los proyectos liderados por mujeres.

En el informe también se aborda el fenómeno del “efecto espejo”, el cual refleja la falta de diversidad tras las cámaras. Este concepto explica que el mismo patrón de hegemonía de perfiles de género, étnico-raciales y normativos en los equipos creativos se reproduce en las ficciones cinematográficas. Por ejemplo, dado que en Dirección y Guion predominan perfiles de género hegemónicos (62% hombres y 38% mujeres en Dirección; 60% hombres y 40% mujeres en Guion), la representación de identidades no normativas es prácticamente inexistente. Además, el 100% de los papeles protagonistas son intepretados por personas cisgénero —cuya presencia solo se refleja en personajes secuendarios cuando se trata de otras identidades.
Por otra parte, se observa una marcada dicotomía entre los festivales y los premios nacionales. Estos espacios de visibilización y reconocimiento permanecen mayoritariamente masculinizados: solo el 10% de los premios históricos otorgados en cargos de liderazgo (Dirección, Guion y Producción) han sido obtenidos por mujeres.