Candela Saitta, la actriz argentina que mata zombies en The Walking Dead
“El día que maté a un zombi por primera vez fue un hito en mi vida”. Lo dice Candela Saitta, actriz argentina que la está rompiendo en la tercera temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon. Aunque desde hace algunos años reside en España, Candela dio sus primeros pasos en la actuación en su país. Después de algunos otros papeles para televisión (como en El primero de nosotros, con Rafael Ferro), se destacó especialmente como Ana Frías en la serie policial El último primer día, de 2022, protagonizada por Eleonora Wexler, y creada por Nacho Viale y el director Diego Palacio. La serie, emitida por Flow, seguía a la agente Victoria Duval en su investigación del crimen de un docente de biología y la desaparición de un alumno durante el primer último día de clases del curso en un colegio exclusivo de la costa argentina.
Dos años después, ya en España, su camino empezó a tomar un carácter internacional, con su participación en Máxima, la serie protagonizada por Delfina Chaves sobre la vida de la reina de los Países Bajos. Candela interpretó a Máxima durante su adolescencia. “Por Máxima muchas veces me preguntan cómo fue interpretar a una reina. Yo creo que simplemente interpreté a una adolescente, como fui yo y como lo fue cualquier chica, ¿no? Que iba al colegio, que tuvo problemas bastante particulares con su historia personal y con su familia, todo lo que ya sabemos, pero que al fin y al cabo era una adolescente. Lo que sí fue especial es que debí tomar algunas clases de equitación”, explica la actriz de 22 años, en una relajada conversación por Google Meet desde España.
La serie se basó en la biografía Máxima Zorreguieta, Madre patria, escrita por la periodista neerlandesa Marcia Luyten y publicada en 2021, pocos días antes del cumpleaños número cincuenta de la reina. Se trata de una biografía no autorizada que cuenta con más de 132 testimonios, la mayoría de ellos resguardados en el anonimato.
Pero el vertiginoso y veloz despegue de Candela no fue casual. Se formó ya desde pequeña: tomó clases con referentes de la talla de Julio Chávez, Lautaro Perotti y Claudio Tolcachir, entre otros. Lo que Saitta no imaginaba es que menos de un año después de su interpretación como Máxima, pasaría a disparar armas, manejar cuchillos y andar en moto con Norman Reedus, protagonista de The Walking Dead: Daryl Dixon, que antes trabajó en The Boondock Saints, Bade II y American Gangster.
El universo de The Walking Dead nació en 2003 con el cómic creado por el escritor Robert Kirkman y el dibujante Tony Moore, publicado por Image Comics. La historieta sigue al policía Rick Grimes, que tras ser herido cae en coma. Al despertar se encuentra con el mundo destrozado por un apocalipsis zombi. El cómic, que se publicó en 193 ediciones hasta julio de 2019, tenía un tono oscuro y era impreso en blanco y negro. El mundo audiovisual de The Walking Dead, por otra parte, fue creado por Frank Darabont, guionista conocido por haber escrito A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors.
Desde George Romero en adelante el cine de zombis ha sido uno de los pilares dentro del terror, pero The Walking Dead hizo hincapié en las relaciones humanas entre los personajes vivos, que no se había elaborado con tanta profundidad, sumado a la calidad de los efectos visuales y la propuesta de crear todo un universo alrededor del tema.
La serie, como la historieta, narra las aventuras de Grimes y de distintos grupos de sobrevivientes que deben sortear a los “caminantes”, como llaman a los muertos vivientes, para intentar sobrevivir. The Walking Dead: Daryl Dixon no es el primer desprendimiento narrativo que se hace de la serie, pero sí es uno de los más festejados entre los fans. Dixon es el teniente del séquito de Rick Grimes y uno de los más talentosos cazadores, lo que lo convirtió en uno de los personajes más queridos de la serie y obligaba a que se hiciera un spin-off dedicado especialmente a él. En la primera temporada, tras los sucesos de la serie original, Daryl Dixon se despierta en una Francia destruida por el avance zombi, sin tener en claro cómo llegó hasta ahí. Su objetivo es volver a Estados Unidos. Pero su tarea queda trunca cuando se cruza con La Unión, un grupo religioso que toma a un niño como Mesías. Daryl comprende que no es casualidad que se encuentre en Francia y acepta su destino. La segunda temporada comienza a tener cruces con sobrevivientes en Estados Unidos; y en esta tercera temporada la acción se traslada a Solaz de Mar, una pequeña comunidad de sobrevivientes al norte de España. Candela Saitta interpreta a Justina, sobrina de Federico, el líder de la comunidad.
El éxito de la serie original dio lugar a una gran cantidad de subproductos: la precuela The Fear of Walking Dead; The Walking Dead: World Beyond, que sucede diez años después del apocalipsis; la antología episódica Tales of the Walking Dead; The Walking Dead: Dead City, con una Nueva York desplomada como escenario, y The Walking Dead: The Ones Who Live, secuela que retoma al protagonista, Rick Grimes.
El camino de Candela Saitta hasta formar parte del universo de The Walking Dead fue bastante casual: su representante la llamó y le dijo que revisara la bandeja de entrada de su email ya que le había enviado una propuesta que podía llegar a interesarle. Candela la aceptó, asistió a la primera prueba de forma online, con entusiasmo, pero sin demasiadas esperanzas, agradecida ante la oportunidad de poder presentarse, pero con la humildad y claridad de que los casting para producciones de esa escala suelen ser decepcionantes.
Pero pasó esa primera instancia. Tras la prueba virtual siguieron varias otras presenciales en España, para las que tuvo que aprenderse e interpretar muchas escenas, algunas en español y otras en inglés, lo que evidenciaba un desafío aún mayor. La exigencia del casting era intimidante, pero de a poco fue avanzando. Había un detalle no menor que le había aclarado su representante: el acento tenía que ser español. “Y de caradura total, argenta total, se me dio bastante bien porque los engañé a todos y no supieron que era argentina hasta como el segundo mes de rodaje, una vez ya iniciado el proyecto, empezadas las grabaciones. No me creían. Me decían: ‘Pero, ¿por qué te sale tan bien el acento argentino?’”, cuenta Candela, entre risas, orgullosa de sus dotes actorales incluso fuera del set.
Una vez superado el casting se enfrentó a la realidad: la filmación de los siete episodios. La tercera temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon demandó cuatro meses de rodaje, con un nivel de producción clase A, donde casi cualquier necesidad podía ser cubierta y resuelta.
Una de las características que distinguió al spin-off de Daryl Dixon es producto de la visión de Daniel Percival, su director principal. En esta tercera temporada el británico se encargó de dirigir cinco de los siete capítulos (los otros dos estuvieron en manos de Paco Cabezas). Su debut fue con la película de terror Aparecidos, de 2007; desde entonces ha dirigido Rage, protagonizada por Nicolas Cage, y episodios de series como Penny Dreadful, Into the Badlands, The Strain, Fear the Walking Dead, The Alienist y American Gods. Candela destaca la sensibilidad y la paciencia de Percival, que dedicaba a cada escena el tiempo que fuera necesario.
Para la actriz, fue fundamental el entendimiento del director frente al factor humano… de esta historia de zombis. “Es una serie de acción y de zombis y postapocalíptica, pero los zombis en ese sentido son pura y exclusivamente una excusa para poner a los seres humanos en una situación límite y hablar netamente de las relaciones”, recalca la actriz.
Sin embargo, no se puede soslayar el aspecto físico de la serie. Se trata de una franquicia cargada de acción, batallas, terror, sangre y gore. Candela estaba abierta a aprender de todos en el set, no solo de sus compañeros actores, como Eduardo Noriega y Óscar Jaenada, sino también de los armeros, que le explicaban cómo usar las armas, y de los dobles de acción, dedicados a interpretar las escenas más riesgosas. “El mismo Norman [Reedus] me enseñó. Me dijo: ‘Vos tenés que hacer así, tenés que hacer asá’. Es muy importante la fuerza con la que sacás el cuchillo. También andar en moto con él fue muy divertido”, rememora Candela, con una amplia sonrisa al recordarlo.
El rol de los armeros y artistas de efectos visuales es esencial para la serie. Una de las cosas que la argentina aprendió durante el rodaje es que las puntas de los cuchillos se envuelven en cinta verde, para que después los artistas de efectos visuales puedan reemplazarlos en postproducción y sumarle la sangre.
La cuarta temporada de la serie ya es una realidad, se encuentra en pleno rodaje, y Saitta agradece el clima de trabajo que se ha generado en el set, donde la camaradería y cooperación entre todos es evidente; hay una intención generalizada de que las cosas salgan bien y se vaya para adelante. La actriz remarca la ayuda y confianza que recae en el equipo técnico para que todo se vea lo más real posible. Y también admite que su relación con el género de terror no era muy cercana, pero que hizo los deberes para empaparse del universo de The Walking Dead. Nunca había imaginado trabajar en algo así.
Cuando filmaban la tercera temporada hubo un parate de tres semanas por las Fiestas, que aprovechó para viajar a Buenos Aires y pasar un tiempo con su familia. Su relación con sus padres fue crucial para su desarrollo como actriz, aunque admite que, como todos los padres, tuvieron incertidumbre frente a las dificultades que podía presentar la profesión, pero el apoyo estuvo siempre. No niega haber vivenciado el miedo que sienten todos los artistas en algún momento, pero el camino se fue trazando de una manera bastante orgánica. Nunca hubo un plan B.
Durante los rodajes la vida personal y privada queda reducida a su mínima expresión, por eso los tiempos muertos entre un proyecto y otro no son vividos con el terror de que la puerta se haya cerrado; al revés: los aprovecha para seguir formándose tanto en la actuación como en otros aspectos e intereses de su vida. En el último tiempo, por ejemplo, comenzó a tomar clases de boxeo y de batería. Sabe que el camino recién se inicia y que la aventura de matar zombis será tan solo una de las experiencias que recuerde dentro de algunos años, cuando el mundo del cine y la actuación la hayan hecho vivir miles de otras vidas.












