Andrés Cepeda y Duplat: ‘Dulce y amarga’, una confesión compartida
La música suele encontrar su mejor punto cuando dos universos aparentemente distantes se cruzan. Eso pasó cuando Andrés Cepeda, referente indiscutible de la balada y el pop en Colombia, y Daniel Duplat, una de las voces más inquietas de la nueva generación, decidieron sentarse frente a un piano.
El resultado fue ‘Dulce y amarga’, una canción que abraza contradicciones y que refleja cómo la vida, a veces luminosa y otras veces áspera, termina siendo una suma de contrastes.
La historia comenzó en encuentros casuales, en conciertos y premios, hasta que ambos aceptaron la idea de escribir juntos. Antes de llegar a la partitura, dedicaron largas horas a conversar sobre expectativas, gustos en común y, sobre todo, sobre lo que no querían hacer. Ese ejercicio de sinceridad fue clave para que la colaboración fluyera sin artificios. “Cuando nos sentamos en el piano, en 20 minutos ya teníamos la canción”, recuerdan. El tema nació con naturalidad, como si los dos estilos: la tradición melódica de Cepeda y la lírica más poética y arriesgada de Duplat hubieran estado destinados a encontrarse.
Una bohemia bogotana hecha canción
“Dulce y amarga” está inspirada en un relato ficticio, pero que los dos artistas reconocen como cercano a experiencias reales: una pareja bogotana que, tras una noche de excesos, despierta entre culpas, errores compartidos y la certeza de que la vida no siempre es clara ni justa. El guayabo, la ciudad gris y el taxi rosado-blanco de Bogotá se convierten en imágenes que anclan la canción en un territorio muy local, casi cinematográfico.
Ese retrato urbano también se refleja en la sonoridad. Grabada inicialmente como un demo de piano y voz, la producción terminó abrazando un formato de banda de bar: guitarras, batería y un órgano que aporta ese aire de rock clásico con ecos tanto británicos como latinoamericanos. La mezcla, a cargo de Uriel Dorfman, buscó deliberadamente un sonido “un poco sucio”, que transmitiera el despecho y la crudeza de la letra.
Una propuesta sincera en tiempos de fórmulas
En tiempos donde gran parte del pop se mueve entre fórmulas previsibles, Cepeda y Duplat se permitieron explorar caminos distintos. Jugaron con versos poéticos e imágenes que no siempre buscan la rima fácil, arriesgándose a sonar “raros” frente a la industria. Para ellos, ese riesgo es lo que hace que la canción sea especial. “Las canciones de hoy se quedan en hooks y frases pegajosas, pero aquí queríamos un mensaje, aunque no fuera una moraleja”, explican.

El video oficial refuerza esa búsqueda de autenticidad. En lugar de recurrir a una narrativa dramatizada, muestra el proceso de creación en el estudio, una decisión consciente de resaltar la música por encima de artificios visuales. Como guiño oculto, abre con la imagen de un osciloscopio reaccionando a un audio muy particular: el gemido de un orgasmo femenino, detalle que los artistas describen como un secreto para los más atentos.
‘Dulce y amarga’ es, en el fondo, una reflexión sobre la condición humana: equivocarse, perdonarse y seguir adelante. Una canción que reivindica el valor de la palabra y de la emoción en un tiempo donde muchas producciones se diluyen en fórmulas. Y, sobre todo, es la prueba de que cuando dos generaciones se encuentran con honestidad, el resultado puede ser mucho más que la suma de sus partes: puede ser una declaración de vida.
Más allá del sencillo, el junte dejó la puerta abierta para nuevas colaboraciones. Cepeda y Duplat se propusieron escribir juntos al menos un par de veces al año, con la idea de que estos encuentros tengan vida propia más allá de un featuring ocasional. La química fue tan natural que ambos coinciden en que la canción no suena a uno invitando al otro, sino a un proyecto compartido.

En paralelo, cada uno sigue construyendo su propio recorrido. Cepeda promociona Bogotá Deluxe, prepara un álbum en vivo grabado en el Teatro Julio Mario Santo Domingo y ya trabaja en un nuevo disco de estudio. Duplat, por su parte, crece en la escena independiente con giras que incluyen colaboraciones sinfónicas y un próximo álbum que busca consolidar su identidad artística.