Los 8 mandamientos de la música en vivo: normas de convivencia básicas para disfrutar de un concierto
Es importante recordarlo: nuestro deber como público es comportarnos de manera (al menos) semicivilizada cuando vamos a un concierto. No pretendemos que nadie deje de beber, de bailar ni de divertirse. Pero sí sería deseable que se deje de lado una serie de actitudes molestas e incluso irritantes, que parecen haberse instalado a nivel global y que comprometen la genuina experiencia de disfrutar de música en vivo.
Por eso elaboramos esta lista de buenas prácticas a observar en recitales y festivales, locales e internacionales, en pequeña o gran escala. Algunas, son versiones actualizadas de antiguas reglas; otras reflejan cambios que experimentamos en los últimos años. Hay quien no estará de acuerdo. Pensará que somos unos viejos patéticos que necesitan (re)aprender a pasarla bien. Sepan, entonces, que ustedes son parte del problema… Pero, para los que sí creen que un mundo mejor es posible, acá van estos ocho mandamientos para comportarse bien en un recital.
1. Para charlar, mejor andá a la barra
(sí, incluso durante el show del artista telonero que ni conocés)
Entre el público de cualquier show suele haber una variedad bastante amplia de personas. Lo único que todos tenemos en común es que compramos una entrada para este concierto en particular. Eso significa que queremos escuchar la música, no tus anécdotas. Si no te gusta el telonero o te aburrís con alguna canción del número principal, podés irte a otro sector, el hall del lugar, un pasillo o la barra más alejada. Pedite un trago y charlá a gusto con tu amigo. Pero, por favor, no te quedes en ahí adelante gritando por encima de la música. Los escuchamos todos, y es increíblemente molesto (y recordá que si ya pasaste antes por la barra y tomaste unas cuantas cervezas, probablemente no tengas consciencia total de cuánto incomodás a tus vecinos).
2. Ayudá a los que hacen crowd surfing y levantá los brazos
Este punto no es un problema si estás viendo, digamos, a James Taylor o a Engelbert Humperdinck en un casino de Las Vegas. Pero si estás en un club lleno de jóvenes y algunos de ellos comienzan a hacer pogo, sé buen tipo y ayudalos. Levantá las manos, movete con la corriente y guíalos hacia un lugar seguro. No siempre es fácil y es posible que recibas una patada involuntaria en la cabeza, pero la alternativa es que, si no te comprometés un poco, algún pobre chico se estrelle de cabeza contra el suelo. No queremos eso. Si no tenés ganas de lidiar con los que surfean sobre el público, mejor correte al fondo de la sala en cuanto las cosas se pongan movidas.
3. No atropelles a los demás para avanzar hasta el frente
En cuanto las luces se atenúan, en cualquier evento de música en vivo, siempre hay uno o dos idiotas que se abren paso hasta el frente del escenario. No les importa en lo más mínimo que muchas de las personas delante de ellos hayan esperado pacientemente, quizás varias horas, para asegurase un buen lugar. Si ves que esto sucede y te sentís envalentonado, plántate de manera que les cueste pasar. Si te sentís incluso más envalentonado, hasta podés decirles que están rompiendo el sagrado pacto del campo: no atropellarás a tu vecino. Si querés un buen lugar, llegá antes. Tan simple como eso.

4. Dejá de mirar Setlist.FM durante todo el show
Por cada artista como Phish, que cambia las canciones de la lista todas las noches, hay unos 50 como Lady Gaga que básicamente se aferran a un estricto set durante todo el curso de su gira. Si querés saber de antemano qué van a tocar, ahí está setlist.fm. Pero una vez que comienza el show y estás rodeado de personas que no quieren spoilers, por favor dejá de mirar esa maldita página web. No puedo explicarte cómo esta costumbre se ha convertido en un problema en los últimos años. Hoy estamos rodeados de gente que mira constantemente setlist.fm para saber qué canción sigue. Y no estamos hablando de una miradita furtiva: no, lo estudian como el Talmud con sus pantallas al máximo brillo. Creo que hablo por muchos si digo que no quiero saber qué tema viene después. Y aunque haya mirado el setlist semanas atrás, no la memoricé. Dejame sorprenderme, por favor.
5. No tires cosas al escenario
¿De verdad hay que aclararlo? No les tires latas de birra a los músicos. Tampoco monedas. Ni siquiera una carta escrita de amor. ¿Se volvieron locos? En 2004, alguien le lanzó un chupetín a David Bowie y le dio de lleno en su ojo sano. El Duque Blanco aulló de dolor. Dondequiera que estés, vos que le tiraste eso, ojalá estés contento con lo que hiciste.

6. Ojo con cuando te parás
Si estás en un concierto con butacas, especialmente en un teatro, es tu obligación asegurarte de que las personas detrás tuyo puedan ver bien. No podés pelearte con todos. Si la mayoría del público está sentada y de pronto sentís la necesidad de pararte… no lo hagas. Sabemos que es tu canción favorita y que morís por bailar, pero no vale la pena. Una buena regla es que, si ves perfectamente el escenario, te quedes donde estás. Tu momento de gloria no justifica importunar al resto de la platea (Hay gente de bien que no está de acuerdo con este punto y se siente con derecho moral a pararse cuando así lo considere; debería recordad que hay personas mayores que no pueden estar de pie mucho tiempo o que simplemente no quiere molestar a los que, a su vez, están detrás de ellos).
7. Bajá el brillo y apagá el flash del celu
En un mundo ideal, nadie sentiría la necesidad de usar el teléfono durante un concierto. Pero si vas a ceder a la tentación, por favor bajá al mínimo el brillo de la pantalla. En la oscuridad, el teléfono puede resultar extremadamente brillante e increíblemente disruptivo. No queremos ver tu feed de Instagram mientras tratamos de ver a una banda en vivo. Y si vas a sacar fotos, al menos no uses el flash, que no solo enceguece a todos los que te rodean, sino que también molesta a los músicos.

8. ¡Pará de grabar y de sacar fotos!
Si no te importa ninguno de los puntos anteriores, al menos leé este. Nos pasamos todo el maldito día mirando pantallas. Ir a un concierto es una gran oportunidad para dejar por un rato el celu y experimentar algo que realmente está ocurriendo en el mundo real. Pero por motivos absolutamente desconcertantes, un gran porcentaje del público prefiere usar la pequeña pantalla de su celular para ver el lugar de mirar el escenario con sus propios ojos. Hay gente que hace esto incluso en la primera fila, a escasos centímetros del artista por el que pagaron bastante para ver. Es una locura.
Sí, están sacando fotos y haciendo videos. Fotos y videos malísimos, que probablemente no volverán a mirar más de una vez. Mejor guardá el maldito teléfono en el bolsillo. Mirá el show. Por una hora o dos, viví el presente. Antes lo hacíamos todo el tiempo. Podemos volver hacerlo (sé que soy un anciano gritando a la nada. No me importa. Estos estúpidos teléfonos nos están derritiendo el cerebro y alguien tiene que decirlo).













