Jeremy Allen White, de Chicago a Nebraska

Jeremy Allen White ha construido en poco tiempo una de las carreras más sólidas y comentadas de su generación. Tras conquistar al público y a la crítica con su papel de Carmen ‘Carmy’ Berzatto en The Bear, el actor ahora enfrenta uno de los retos más grandes de su carrera encarnando a Bruce Springsteen en una película que retrata uno de los periodos más vulnerables y transformadores en la vida del ícono del rock.

La cinta, dirigida por Scott Cooper (Black Mass, Hostiles, The Pale Blue Eye), no busca narrar toda la trayectoria del cantante de Nueva Jersey como una biopic tradicional, sino centrarse en un momento clave que desembocó en Nebraska, un álbum íntimo, sombrío y casero que marcó un antes y un después en su historia musical. En esta etapa, Springsteen lidia con la soledad, la depresión y el peso de la fama, al tiempo que busca reconectar con su identidad y con el sentido de su arte.

En conversación con ROLLING STONE En Español, White habla sobre el proceso de interpretar a “El Jefe”, la presión de dar vida en la pantalla a una figura tan amada, la complicidad con Jeremy Strong, y las similitudes entre Bruce y ‘Carmy’, entre otras cosas. 

Antes que nada, cuéntame, ¿cómo era tu relación con la música de Bruce Springsteen, especialmente con Nebraska, antes de este proyecto?

Nací en 1991, en Brooklyn, Nueva York, muy cerca de Jersey. No recuerdo un momento en el que no estuviera familiarizado con Bruce Springsteen; sus canciones más grandes siempre han estado presentes, como si las hubiera conocido desde siempre. Nebraska, en cambio, lo descubrí en la preparatoria, y ahí fue cuando empecé a interesarme más en su música.

En casa sonaba sobre todo la música que ponían mis padres, que eran mayores y me tuvieron ya en sus 40. Escuchaban a los Stones, Sam Cooke, Otis Redding, Aretha Franklin y Buddy Holly, artistas que también formaron parte de la formación musical de Bruce. Mi papá es de su misma edad, así que no lo ponían tanto en casa. Fue algo que tuve que descubrir por mi cuenta.

Cuando encontré Nebraska, entendí su importancia para muchos músicos. Hoy grabar discos en casa es común, pero en aquel momento era impensable que unos demos pudieran transformarse en un álbum tan poderoso. Descubrirlo y conocer la historia detrás me marcó. Para ser honesto, antes de este proyecto no había escuchado toda la discografía de Bruce, solo algunos discos.

La película retrata un momento muy específico y emocional en la vida de Bruce, ¿cómo investigaste y entraste en su mentalidad durante esa etapa? Leí que escuchaste repetidas veces su autobiografía Born to Run.

 Sí, fue fundamental. Existe una versión en la que él mismo lee el libro, y la escuché durante meses para prepararme. Es increíblemente honesto, sobre todo cuando habla de los últimos años.

También me ayudó mucho su show en solitario en Broadway, que ahora está en Netflix. Pasé tiempo con él, con Patty, su esposa, con Jimmy Iovine, que fue clave en su carrera temprana, y con John Landau, interpretado por Jeremy Strong, que también estuvo involucrado en la película. Landau conoce a Bruce desde hace 50 años.

Tuve mucho material para trabajar, pero lo más valioso fue estar con Bruce directamente. Fue honesto conmigo, respondió todas mis preguntas y compartió de la manera más clara posible lo que vivió en esa etapa.

Cortesía 20th Century Studios.

Casi todas las noches, Bruce te mandaba mensajes felicitándote por tu interpretación, ¿cierto? ¿Esos mensajes te ayudaron a seguir adelante?

¡Sí! Creo que él entendía lo frágil que me sentía durante el rodaje. La presión era enorme porque sé lo querido que es y la conexión íntima que la gente siente con él. Con un músico no hay distancia: lo escuchas en el auto, en tus audífonos o frente a ti en un concierto. Esa relación es muy poderosa y yo era consciente de ello.

Al principio, pensé que estaba ahí para juzgarme o corregirme, pero, en realidad, solo quería apoyarme. Muchas veces, al final del día, llegaba a casa agotado y recibía un mensaje suyo, a veces sobre un gesto, una mirada o una postura que le parecían auténticas. Esos detalles me levantaban el ánimo. Su apoyo fue clave; sin él, habría sido muy difícil seguir adelante en ciertos momentos.

Sí, puedo imaginar la presión. Pero, también, supongo que es más fácil para un actor interpretar a alguien tan icónico cuando solo debes enfocarte en una etapa de su vida, en lugar de cubrir toda su evolución. ¿Crees que eso hizo la película más profunda de alguna manera?

Sí. Con Scott Cooper, el director, hablamos de si podíamos hacer una película sobre Bruce Springsteen que no fuera exactamente sobre Bruce Springsteen. Queríamos contar la historia de un hombre en un periodo muy particular de su vida, antes de convertirse en la gran estrella de rock.

Ese enfoque me dio libertad. La película muestra a Bruce más aislado, más humano, y eso me permitió construir un retrato íntimo, en lugar de limitarme a recrear momentos icónicos. Sentí que podía aportar algo más personal y distinto a lo que se suele ver en los biopics.

La mayoría de tus escenas son con Jeremy Strong, y la intimidad de esa relación entre Bruce y John Landau realmente se siente en la película. ¿Cómo fue trabajar con él y hacer justicia a la cercanía que experimentan ellos dos en la vida real?

Me emocionó desde que leí el guion. Ahí encontré una historia de hermandad y confianza entre dos hombres, algo que pocas veces se retrata en el cine fuera de contextos como la guerra.

Siempre he sido fan de Jeremy Strong, y trabajar con él fue un privilegio. Necesitábamos mucha confianza, porque Bruce y John ya tenían una historia muy sólida en la vida real. En ese tiempo, John era casi un guardián de Bruce, no solo de su arte, sino también de su bienestar emocional.

Jeremy me hizo sentir protegido. Sabía lo preparado que estaba y nos llevamos muy bien como personas, eso lo facilitó todo. Una de mis escenas favoritas nació en el momento preciso: Jeremy llevó un disco de Sam Cooke al set y no me dijo nada. Esa improvisación terminó mostrando a Bruce y John simplemente escuchando en silencio, compartiendo su paz antes de que llegara la oscuridad.

Cortesía 20th Century Studios.

Hablando de la voz icónica de Springsteen, que lograste imitar, incluso el director dijo que Bruce tuvo problemas para darse cuenta que no era su voz. ¿Cómo te sentiste con eso?

Nunca había hecho algo así. Trabajé casi seis meses con Eric Vitro, un entrenador vocal maravilloso. Al principio, me obsesioné con sonar como Bruce, y eso me cegó a lo esencial: contar una historia con la canción.

Cuando cambié el enfoque y empecé a interiorizar la música y sus emociones, todo fluyó. La similitud vocal vino después. Al principio, parecía una tarea imposible, pero poco a poco se volvió algo natural y hasta divertido.

Hay pocas escenas en el escenario, pero creo que capturaste su presencia y lenguaje corporal muy bien. ¿Cómo lo trabajaste?

Fue complicado, porque la película muestra a un Bruce que muchos no conocen. Pero, en el escenario debía ser convincente, de lo contrario, la gente se desconectaría.

Estudié horas de grabaciones en vivo y trabajé con un coach de movimiento. Me inspiré mucho en un concierto en Tempe, Arizona, donde interpretó Born to Run. Entendí que lo esencial era agotarme físicamente, como él hacía. Entre tomas, saltaba la cuerda, subía mi ritmo cardíaco y trataba de vaciar toda mi energía. Ese estado de desgaste ayudó a que el público pudiera creer que estaba viendo a Bruce.

Vi a los hermanos de Greta Van Fleet en el escenario contigo, ¿o lo imaginé?

¡No lo imaginaste! Sí, estaban, y fueron increíbles, aunque intimidantes. Yo no soy guitarrista y tuve apenas seis meses para prepararme, mientras que ellos son músicos virtuosos. Pero fueron muy amables y, al mismo tiempo, me transmitieron esa energía competitiva en el escenario, lo cual me impulsó a dar más.

El director Scott Cooper mencionó que Bruce estaba espiritualmente atormentado durante ese tiempo, así como el personaje de ‘Carmy’ en The Bear por la muerte de su hermano. Son dos hombres atormentados, talentosos, usando su arte o disciplina para procesar su trauma. ¿Encontraste similitudes entre ‘Carmy’ y Bruce?

Sí, vi similitudes. Ambos regresan a casa para enfrentarse a su pasado. Bruce acababa de terminar la gira más larga de su vida, estaba perdido y pensaba que volver al hogar le daría paz, aunque no fue así.

En cambio, ‘Carmy’ sabía que al regresar a su familia encontraría dolor, y aun así lo buscaba. Bruce realmente esperaba sanar en su hogar, pero terminó enfrentándose a algo distinto.

Get started

If you want to get a free consultation without any obligations, fill in the form below and we'll get in touch with you.