Nile Rodgers e Indira Paganotto: el arte como amante
El cruce parecía improbable: una leyenda del disco, la guitarra funk más influyente de las últimas cinco décadas, y una de las DJs y productoras más relevantes del psytrance contemporáneo. Sin embargo, Nile Rodgers e Indira Paganotto se encontraron en el estudio y crearon Arte como Amante, una colaboración que, más allá de los géneros, refleja una búsqueda común: usar la música como refugio en un mundo convulso. “Estoy muy contento con el resultado de nuestro álbum”, recuerda Rodgers. “Cuando lo conseguí, sentí que iba a morir. ‘¡Wow, esto es divertido!’”. Paganotto, obsesiva con los detalles, confiesa que incluso en los días previos a la salida no dejaba de corregir: “Hoy recibí los terceros masters del mix, porque quiero que suene perfecto. Mi equipo estaba como, ‘¡Dios mío, son dos días y vamos a salir!’, pero yo no podía parar. Finalmente lo escuché como cinco veces hoy”.
La conexión entre ambos se dio de manera casi casual, pero se convirtió rápidamente en un vínculo creativo y humano. Paganotto recuerda que estaba preparando su primer álbum —tras quince años de carrera— y quería llevarlo más allá del techno: “Tenía casi 400 temas, pero quería elegir los que cambiaran mentes y almas, con toda la pasión y la cultura que me dieron mis padres”. Cuando conoció a Rodgers, la química fue inmediata. “Fue mágico. Llegué a su casa un poco nerviosa: ‘Es un músico y yo solo soy una artista electrónica’. Pero desde el primer momento cruzamos nuestras almas; fue como si fuéramos amigos de toda la vida”. Rodgers, por su parte, quedó atrapado por las guitarras flamencas que Paganotto había llevado a su estudio: “Cuando era más joven tocaba guitarra clásica, así que pensé: ‘¿Y si construyo un nuevo legado trayendo al Nile Rodgers de hoy con una guitarra tradicional española?’. No quería ser irrespetuoso, pero cuando escuché la música supe que podía encajar”.
El título del disco encierra una confesión íntima de Paganotto: “Me casé una vez, a los 18 años, con un pintor increíble. Siempre me decía: ‘Te veré en diez o quince años’. Por eso el título: el arte es nuestro amante. Nos despertamos y lo primero que hacemos es música. Todo en mi vida es arte”. Esa entrega total a la creación es lo que une a la DJ madrileña con el legendario guitarrista de Chic. Rodgers explica: “Siempre vivo por los artistas. Solo me uno a su banda. Ella es la estrella; yo soy el que dice: ‘Okey, ¿qué hacemos?’”.
Rodgers ha sido testigo y protagonista de la evolución de la música de baile: del disco al house, del hip hop a Daft Punk. ¿Cómo entiende ahora el psytrance que Paganotto encarna? “Para mí es lo mismo. Cuando empecé, celebrábamos derechos: gays, mujeres, el poder negro y latino. Creíamos que habíamos ganado. Hoy veo que eran victorias percibidas. La evolución es normal. El house, el deep house… todo vino después. Pero al final, miro la música como música: puedo trabajar con una orquesta sinfónica o con dos niños tocando palos en la calle”. Paganotto, mientras tanto, defiende su libertad para experimentar con géneros. Sobre La Patrona afirma: “Por primera vez no quería hacer solo techno, house o minimal. Quería mezclar un montón de cosas. Nunca lo había intentado, pero me encanta experimentar”. Y sobre Disney, añade: “Tiene más mi imprint. Es un track más actual, más comercial, perfecto para festivales, pero lo hice porque sentí que debía hacerlo, no para vender”.
Ambos coinciden en que la música tiene un poder transformador en un presente saturado de tensiones. Rodgers lo vive en cada show: “No empiezo sin decirle a la gente: ‘Mira alrededor, sé que vas a pisar a alguien o tirar una bebida, pero vas a disculparte y vas a ser cool’. Lo que puede parecer una pelea es solo gente pasándola bien”. Paganotto comparte esa visión espiritual del escenario: “Nunca preparo un set. Solo me dejo llevar. Voy con una sonrisa, siento que estamos bendecidos y que en ese momento todo será único. Nuestro trabajo es crear un ambiente y que la gente se vaya feliz. Es nuestra misión”.

Rodgers sigue con múltiples proyectos al mismo tiempo: “Estoy trabajando en cinco o seis cosas grandes: teatro, cine… Pero de repente hago sencillos. He tenido hits con Steve Aoki y acabo de terminar uno con Dua Lipa. Lo divertido es que a veces termino haciendo tres versiones distintas porque me emociono demasiado”. Paganotto, por su parte, ya piensa en su segundo disco: “Después de trabajar con Nile tengo muchas ideas nuevas. Quiero hacer un álbum más experimental, más acústico. Este será el único mes libre que tendré, pero lo dedicaré a trabajar. Somos artistas, siempre estamos creando”.El mensaje de ambos a los oyentes es claro. Paganotto lo resume con sencillez: “Trabajamos muy duro con todo nuestro amor, nuestra pasión y nuestra alma”. Rodgers añade: “Hacemos esto para los fans, para la gente. Claro, lo hacemos también para nosotros, pero lo que buscamos es hacerlos felices”. Arte como Amante no es solo un álbum: es el encuentro entre dos generaciones que creen en la música como un espacio de libertad, amistad y comunión. Un testimonio de que, incluso en un mundo desequilibrado, el arte puede seguir siendo nuestro amante más fiel.
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