David Byrne: ¿Alguna vez voy a lograr entender todo esto?

David Byrne entra tranquilamente a su oficina en el centro de Manhattan alrededor del mediodía y, de inmediato, se quita todo el calzado. Lleva apenas unos meses en este edificio anterior a la Segunda Guerra Mundial, pero ya es inconfundiblemente suyo: parece tanto un espacio de trabajo como un museo de los objetos inusuales que ha reunido a lo largo de décadas como una de las mentes más curiosas del pop. A lo largo de una pared se alinean estantes metálicos meticulosamente organizados, repletos de libros de música, arte e historia, además de suficientes DVD como para poner en vergüenza al armario de Criterion. Un Oscar, un Grammy y un MTV Video Music Award se ubican de forma discreta entre tesoros kitsch como una antigua lata de nueces de macadamia con Spam y un casete con un discurso de Bob Dole. “Me tomó un tiempo tener todo colocado y en las estanterías”, dice. “Pero una vez que pasó, fue como: ‘OK, estamos en casa otra vez’”.

También te puede interesar: Los miembros de Talking Heads aparecerán juntos por primera vez en 21 años

Poco después de que terminemos de hablar, Byrne se dirigirá a los ensayos para una gira norteamericana de 50 fechas en apoyo de su excelente nuevo álbum, Who Is the Sky? (a la venta el 5 de septiembre a través de Matador Records). A sus 73 años, conserva la misma energía inquieta de siempre, ansioso por hablar sobre el proceso creativo detrás de este álbum —que hizo junto al productor de éxitos del Top 40 Kid Harpoon— o sobre sus recientes colaboraciones en el escenario con estrellas como Olivia Rodrigo.

Enlace en página: https://www.rollingstone.com/p/the-rolling-stone-interview-archive/

También es muy consciente de que gran parte del mundo preferiría verlo actuar con Talking Heads, el grupo de rock incomparablemente inventivo que lideró junto a la bajista Tina Weymouth, el baterista Chris Frantz y el multiinstrumentista Jerry Harrison, antes de separarse en 1991 en circunstancias poco amistosas. Desde entonces, Byrne ha construido una carrera solista impresionantemente versátil, creando discos pegajosos y fascinantes con una amplia variedad de colaboradores, y agotando cientos de funciones en Broadway con su espectáculo American Utopia de 2019. Pero ninguno de esos triunfos generó tanta emoción en el público como las apariciones promocionales que hizo el año pasado junto a Weymouth, Frantz y Harrison para el relanzamiento por A24 de Stop Making Sense, la película de concierto de 1984 que, en muchos sentidos, es la obra maestra de Talking Heads.

Quien espere ver a Byrne reunirse con Talking Heads no tendrá suerte. Al menos podrá disfrutar de versiones brillantemente reinventadas de algunas de sus canciones favoritas en el espectáculo actual de Byrne. “Puedo mezclar y combinar para que se adapte al sonido que estoy haciendo en este momento sin destruir por completo la integridad de las canciones antiguas”, dice. “Pero también soy consciente de que hay una trampa real. Si haces demasiado material antiguo, te conviertes en un acto de legado que sale a tocar los viejos éxitos. Cobras muy rápido, pero luego te has cavado un hoyo.”

El título de tu nuevo álbum surgió de una frase mal escuchada, ¿cierto?

Sí. Alguien me estaba enviando un mensaje usando el dictado por voz, y el algoritmo lo interpretó un poco mal. Lo que apareció en mi teléfono fue “Who is the sky?” —¿quién es el cielo— Y pensé: “Esa es una frase hermosa.” Sé lo que realmente estaban diciendo —es bastante fácil de entender, al menos en inglés—. Pero pensé: “Voy a poner eso en la lista de posibles títulos de álbum.” Y me di cuenta de que encajaba de otras maneras. Hay muchas canciones en las que me pregunto: “¿Quién soy? ¿Quién es este? ¿De qué se trata esto? ¿Por qué hacemos esto?” También tuve la idea de que la imagen en la portada del disco fuera yo, parcialmente oculto. Así que: “¿Quién es este tipo?”

Es una pregunta interesante para hacerte a ti mismo a estas alturas de tu carrera. No es un álbum debut.

Pensarías que, a mi edad, ya sabría quién soy. Pero no, siempre estamos intentando averiguarlo. Descubriendo quiénes somos, dónde pertenecemos y cómo nos sentimos respecto a las cosas. Nunca vamos a conocer todas las respuestas por completo.

Tienes una gran canción en este álbum llamada ‘My Apartment Is My Friend’. ¿Estabas pensando en un apartamento en particular?

Estaba pensando en mi apartamento, donde vivo ahora. Durante el Covid intenté escribir canciones, pero realmente no logré escribir mucho. Escribí la letra de una canción llamada ‘Six Feet Apart’ o ‘Six Feet Away’, sobre ver a alguien pero no poder acercarte a menos de seis pies —1.82 metros— por el distanciamiento social, y que no podías ver la cara de esa persona por la mascarilla, ese tipo de cosas. Le envié la letra a John Mulaney y le dije: “¿Qué piensas?” Había una línea que decía She had Purell in her purse —a él le gustó esa parte—. Pero nunca la usé. Pensaba: “Lo que está pasando es serio. Esto no es una broma. Hay ambulancias estacionadas frente a mi edificio, las sirenas suenan día y noche.” Pero después de que todo pasó, se me ocurrieron estas letras para ‘My Apartment Is My Friend’.

La pandemia fue un momento angustiante aquí en Nueva York, pero de ahí salió una canción que se siente positiva y alentadora.

Sí. Así es como me sentía. Mi apartamento me estaba acunando. Sé que soy el único ahí. Nadie más me visita. Voy a ver una película antigua en streaming por la noche y voy a cocinar algo que no haya intentado preparar antes. Y no sé qué tan desordenado se veía. Había una gran tentación de decir: “Bueno, es mi desorden.”

¿Cuánto tiempo has vivido en ese apartamento?

No tanto, relativamente hablando. Tal vez unos 15 años. Puede parecer bastante, pero he vivido en Nueva York por mucho tiempo.

¿Recuerdas cómo era tu primer apartamento en Nueva York, cuando te mudaste aquí en 1974?

Bueno, cuando me mudé por primera vez, dormía en el piso del loft de un artista. Él acababa de conseguirlo, y el trato era alojamiento y comida a cambio de ayudarlo a arreglarlo: lijar los pisos, pintar, construirle una cama tipo loft y todo ese tipo de cosas. Ese fue el inicio. Eventualmente me mudé a un loft cercano con dos de los Talking Heads. Era un loft con agua fría, sin agua caliente y sin baño. Estaba bien. No tenía todas las comodidades que uno podría desear, y escribí una canción sobre eso llamada ‘Don’t Worry About the Government’.

SACHA LECCA FOR ROLLING STONE

Nueva York en los años setenta suele ser romantizada. ¿Crees que la gente entiende bien ese periodo?

Sí, la gente romantiza la aspereza y la suciedad. En cierto nivel estaba bien, porque la ciudad estaba de rodillas y pasaba por alto muchas cosas. Había clubes de jazz y discotecas en lofts en SoHo y otros lugares. Y la ciudad simplemente hacía la vista gorda con todo eso. Estos lugares estaban lejos de ser legales, y los músicos vivían en esos lofts pagando un alquiler muy bajo. Es impactante lo barato que era, pero así de precario era el barrio. Y eso nos permitió a todos tener un punto de apoyo. Yo tenía un trabajo de medio tiempo durante el día, pero era suficiente para contribuir al alquiler con mis compañeros de banda. Así que podías salir adelante. Dios no lo quiera, que mis padres hubieran ido de visita.

¿Cuál era tu sueño cuando vivías en ese loft con agua fría?

Cuando me mudé aquí, mi ambición era ser lo que llamábamos un fine artist, un artista que expone en galerías y cosas por el estilo. Pero el tipo de arte que hacía, uf, no estaba llegando a ningún lado. Hacía cuestionarios y encuestas. Algunas cosas eran muy conceptuales. Recuerdo que había una sola línea en una gran hoja de papel, pero tenía exactamente la forma de la autopista de peaje de Nueva Jersey. Ya te imaginas, era un poco cuesta arriba lograr que eso funcionara, pero disfrutaba mucho hacerlo. Lo de la música, pensaba: “Esto es divertido, pero no te hagas ilusiones. Hay músicos realmente buenos allá afuera, grandes cantantes. Hay gente mucho mejor que tú.”

Ahora estás en un punto en el que puedes hacer un disco y sabes que será recibido con entusiasmo. ¿Siempre sentiste que la gente entendía lo que estabas haciendo?

Oh, no. Hubo un periodo, quizá a inicios de los noventa. Trabajé con músicos latinos, hice un par de discos con ellos y salí de gira. La pasé muy bien. En América Latina fue bastante bien recibido, lo cual fue un alivio. Pero en Estados Unidos… Como dijo uno de los ejecutivos de Warner Records: “David, tú eres tu propia Yoko Ono.” Lo cual es injusto para Yoko, pero entendí lo que quería decir.

Si lo que querías era ser un artista conceptual, quizá ser tu propia Yoko Ono no era tan malo.

Exacto [ríe]. Pero él lo decía más en el sentido de: “Has alienado deliberadamente a tu público”.

¿Cuándo empezó a cambiar eso?

Probablemente hace unos 10 años, algo así. De repente, una generación más joven empezó a interesarse en las cosas nuevas que estaba haciendo. Ya no era solo la gente que había crecido escuchando a Talking Heads. Había todo un nuevo grupo que estaba escuchando. Eso lo cambió todo.


“PENSARÍAS QUE, A MI EDAD, YA SABRÍA QUIÉN SOY. PERO NUNCA LO SABREMOS.”


Muchos artistas jóvenes hoy te citan como una influencia, desde Lorde hasta Hayley Williams. Te admiran mucho. ¿Te sientes cómodo siendo objeto de veneración?

No me gusta pensar en mí mismo de esa manera, pero si a la gente le gusta lo que hago, no voy a discutirlo. No voy a tener un problema psicológico con eso. Pero, en su mayoría, me emociona lo que estoy haciendo en el momento, ya sea un disco, una gira o cualquier otra cosa. Y tal vez esa sea una de las grandes razones por las que algunas de estas personas valoran lo que hago. Ven que he llegado a un punto en el que tengo cierta libertad para probar cosas y hacer cosas distintas, lo cual es poco común en el mundo de la música.

Tu interpretación de ‘Burning Down the House’ con Olivia Rodrigo fue uno de los momentos más memorables de Governors Ball este año. ¿Cómo se dio esa colaboración?

Vi su show en el Madison Square Garden meses antes. Es una gran intérprete y se notaba que estaba pasándola muy bien. La conocí después del concierto y me pareció una persona auténtica, alguien que, habiendo crecido en el mundo en el que lo hizo, lo ha sabido sobrellevar muy bien. Y luego, de la nada, llegó esta invitación: “Oye, ¿te gustaría acompañarme en Governors Ball?” Mi reacción fue: “Claro. ¿Y si pensamos juntos en alguna coreografía?”

Y así fue. Ustedes realmente dominaron los movimientos.

Sí, sí. Lo ensayamos en un par de días.

¿Alguna vez llegaste a trabajar con un artista mayor al que admirabas cuando eras joven?

Oh, sí. Cuando estábamos empezando, éramos grandes fans de The Velvet Underground. John Cale y Lou Reed vinieron a vernos a CBGB. Nos reunimos con Lou Reed un par de veces. Quería firmarnos para un contrato de gestión y producción. Pero era un poco como: “Oh, no sé si estamos listos para esto.” Así que nos echamos atrás. John nos presentó a Brian Eno en nuestro primer viaje a Londres, y eso resultó ser muy importante para nosotros. Toda esa gente a la que admirábamos profundamente.

¿Cómo era Lou?

Estábamos tocando algunas de nuestras canciones, solo rasgueando una guitarra. Recuerdo que nos mostró que, si las bajabas un poco de velocidad, no sería lo peor del mundo, en lugar de intentar soltar todas las palabras demasiado rápido. Así que sí, tenía buenas ideas. Recuerdo que, cuando nos conocimos, estaba comiendo una cantidad increíble de helado. Creo que se comió dos de esos envases de un cuarto de galón de helado Häagen-Dazs de una sola vez. Nosotros estábamos como: “Wow.”

Tienes una canción en este álbum llamada ‘I Met the Buddha at a Downtown Party’, que es otro gran título.

Había unas cuantas canciones que quizá solo tenían las dos primeras líneas, o tal vez solo el título.  ‘I met the Buddha at a downtown party’. Y yo pienso: “OK, esto es como un cuento corto. ¿Qué pasa después? ¿Cómo se veía? ¿Qué dijo?” Y así empieza a escribirse sola. Solo la dejas fluir y tratas de mantenerla interesante.

Tengo otras que nunca logré convertir en canciones. Había una que se llamaba The 50-Foot Baby, y el bebé estaba causando estragos por todas partes, rompiendo cosas y levantando autos para lanzarlos. Como Godzilla, pero un bebé. Pero no sabía exactamente hacia dónde llevarla.


“SI HACES DEMASIADO MATERIAL ANTIGUO, TE CONVIERTES EN UN ACTO DE LEGADO”.


Quizá para el próximo álbum.

Sí. Nunca había hecho eso antes, creo. Así que fue algo nuevo, escribir estas pequeñas historias.

Hablas de escribir estas canciones como un proceso de hacer preguntas. ¿Llegaste a alguna conclusión?

No se me ocurre ninguna. Cuanto más hago esto, más preguntas surgen. Piensas: “Creí que iba a encontrar una respuesta.” Y la puerta se abre, o la cortina se corre, y piensas: “Oh, Dios mío, solo hay un montón más de preguntas.” Un montón de cosas más que no entiendes. Y te preguntas: ¿Alguna vez voy a lograr entender algo de todo esto? Quizá no.

En el pasado has hablado de sentirte diferente a los demás, de ser neurodivergente o estar dentro de un espectro. ¿Cómo lo ves ahora?

Creo que muy, muy poco de eso queda en mí. Pero sí, a cierta edad me sentía muy torpe socialmente, incómodo. Era —y todavía soy— capaz de concentrarme en una canción o en un dibujo y bloquear todo lo demás. Disfruto estar con mis amigos, pero también hay momentos en los que estoy solo y me siento bien con eso. Así que sí, hay elementos que persisten, y estoy bien con ellos, pero es mucho menos que antes. Y creo que parte de eso es simplemente la edad. Cambias con los años. Otra parte creo que se debe a lo que la música puede hacerte, ya sea la de otros o la tuya propia. Parte viene de trabajar con otros músicos y miembros de la banda. Eso se convierte en una situación social muy sanadora. Y parte es la alegría de hacer música. Esa es una gran fuerza que me saca de ahí.

SACHA LECCA FOR ROLLING STONE

Hiciste este nuevo álbum con el productor Kid Harpoon, conocido por hacer discos pop con artistas como Harry Styles y Miley Cyrus. ¿Qué te hizo querer trabajar con alguien así?

Me gustaba el sonido de esos discos que él hizo. Sé que los temas que elijo, el tipo de canciones que escribo, no son lo mismo que en muchos de esos álbumes. Pero, al mismo tiempo, siento que siguen siendo discos pop. Siguen una estructura y un sonido de música pop, y tienen coros con los que puedes cantar. Así que, ¿por qué no?

Cuando tocas en vivo, siempre tienes a muchos músicos contigo. Eso es muy distinto a cómo algunos artistas pop se presentan ahora, con solo un DJ o una pequeña banda de acompañamiento.

Sí, sí. Vi a Charli XCX, y era solo ella en el escenario, sin banda, sin bailarines, sin nada más. Pensé: “Wow, esto es realmente valiente.” Y parte de mí también pensaba: “Vaya, esto también es muy económico.” Pero no sé si estoy listo para hacer eso.

Cuando Stop Making Sense se relanzó en septiembre de 2023, ¿cómo fue para ti verte a ti mismo de joven en pantalla?

Cuando A24 se estaba preparando para relanzar Stop Making Sense, recuerdo que fui a una proyección para ver la nueva copia. No la había visto en años. Estoy mirando y pensando: “¿Quién es ese tipo?” Suena como el nuevo disco. Pero lo miro y pienso: “Está muy serio. Me dan ganas de decirle que se relaje un poco: ‘Tranquilo, tranquilo. Todo va a estar bien.’” Y hacia el final de la película, como que lo hace.


“A CIERTA EDAD, ME SENTÍA MUY INCÓMODO. LA ALEGRÍA DE LA MÚSICA ME SACA DE ESO”.


Cuando estabas promocionando ese relanzamiento, pasaste más tiempo con tus antiguos compañeros de Talking Heads del que habías pasado en mucho tiempo.

Es cierto, sí.

¿Cómo fue para ti volver a estar con ese grupo de personas tantos años después?

Estuvo bien. Todos estábamos muy orgullosos de ese show y de la película que hizo Jonathan Demme. Nos entusiasma que el público todavía quiera verla. Así que dejamos de lado las diferencias que tengamos. Yo dije: “OK, no vamos a entrar en eso, pero vamos a ayudar a promocionar esto.”

Tus compañeros de banda dijeron algunas cosas poco favorecedoras sobre ti en la prensa antes de eso. Tina hizo una entrevista en 2022 donde te llamó un abusón y te comparó con Trump. ¿Cómo superaste eso?

Afortunadamente, no leí mucho de esas cosas. Me enteraba un poco, como ahora que me lo mencionas. También sé que hubo periodos, cuando hicimos Stop Making Sense, en los que yo tenía muy clara la visión de lo que ese show podía ser. Y probablemente no era la persona más fácil del mundo para trabajar, porque estaba muy enfocado en: “No, la iluminación debe ser así. Y el equipo técnico tiene que ensayar el movimiento de esas tarimas para que sean tan parte del show como la banda.” Todo funcionó, pero en aquellos días no era la persona más fácil para trabajar. Ahora sé colaborar un poco mejor. Hay una manera de hacerlo sin herir sentimientos.

En todo ese tiempo que pasaste promocionando el relanzamiento, ¿los cuatro lograron recuperar algo de la amistad que tenían en los primeros días?

¿Nos sentimos más cómodos entre nosotros? Sí. Nos sentimos más cómodos, pero voy a anticiparme a tu siguiente pregunta. No sentí: “Oh, sí, vamos a salir de gira otra vez” o “Vamos a hacer otro disco.” Musicalmente, yo he llegado a un lugar muy diferente. Y también siento que ha habido bastantes discos y giras de reunión, y que algunos probablemente fueron bastante buenos. No muchos. Es prácticamente imposible recuperar lo que eras en ese momento de tu vida. Para un público… esa fue música formativa para ellos en un momento particular. Pueden convencerse de que pueden revivir eso, pero no es así.

¿Entiendes por qué la gente quiere una reunión de Talking Heads?

Lo entiendo completamente. Soy un fan de la música como cualquier otra persona. Y hay artistas que dejaron de trabajar, o bandas que se separaron, que escuché en un momento de mi vida en el que la música era muy importante. Quizá nunca los escuché en su momento, me los perdí. Me encantaría verlos en vivo ahora. Pero te das cuenta de que no puedes retroceder el reloj. Cuando escuchas música en un momento determinado de tu vida, significa mucho. Pero eso no quiere decir que puedas volver allí y hacerlo suceder otra vez.

Estás en un punto de tu carrera en el que algunas personas podrían empezar a pensar en una gira de despedida o en el retiro. ¿Es algo en lo que piensas?

No, no lo he pensado. He pensado en otras cosas. Fred Armisen me convenció de probar el stand-up, lo cual hice sin anunciarlo, y de alguna forma funcionó. Es una de las cosas más aterradoras, porque básicamente estás solo con palabras. No sé si estoy listo para eso, pero nunca se sabe.

¿De verdad fuiste a un club de comedia e hiciste un set de stand-up?

Sí. Es algo que él organiza donde invita a gente, pero no los anuncia. Y como en los clubes de comedia, no se permite que nadie use teléfonos ni nada parecido.

¿Así que no se puede encontrar en YouTube?

No.

También te puede interesar: David Byrne y Devo lanzan una colaboración inédita en un compilado por el derecho al aborto

Get started

If you want to get a free consultation without any obligations, fill in the form below and we'll get in touch with you.