Clark’s Aspen: mariscos con actitud a 2.400 metros de altura
En un lugar donde el lujo suele medirse en metros de nieve y pistas privadas, Clark’s Oyster Bar propone otra forma de sofisticación: la que llega en forma de ostras frescas, martinis perfectos y pan caliente recién salido del horno. Ubicado en una histórica casa victoriana del centro de Aspen, este restaurante ha logrado algo poco común: hacer que un bar de mariscos se sienta completamente natural en las alturas de Colorado.
Clark’s es el tipo de restaurante donde todo está calibrado para la experiencia. Desde su barra de mármol blanco hasta los detalles en madera clara, pasando por los menús impresos en tipografía clásica y la iluminación cálida, el lugar evoca el encanto discreto de los oyster bars de la costa Este. Pero lejos de sentirse como una réplica forzada, en Aspen Clark’s encuentra su propio ritmo. La calidez del interior contrasta con el aire fresco de las montañas, creando una atmósfera tan acogedora como elegante.
Un menú que respira frescura
El menú es un homenaje a los sabores del mar, con una selección de ostras que cambia a diario, dependiendo de lo que llegue desde la costa. La torre de mariscos, el clam chowder, el caviar servido con blinis y crema, los crudos de atún o hamachi y el emblemático lobster roll son apenas algunas de las razones por las que este lugar se ha convertido en un favorito tanto de locales como de visitantes. A eso se suman platos como el burger de Clark’s, inesperadamente excelente para un restaurante de mariscos, y la siempre confiable ensalada Caesar.

La experiencia Clark’s no se entiende sin su carta de vinos blancos bien curados, su servicio de martinis helados y su pan casero, que llega caliente y crujiente a la mesa, acompañado de mantequilla salada. Nada está improvisado: desde la coctelería clásica hasta los postres sencillos y bien ejecutados, todo responde a una filosofía de cocina sin adornos pero con mucho carácter.
El ritmo del servicio, la clave del encanto
Clark’s no intenta impresionar con gestos grandilocuentes. Su fortaleza está en los pequeños detalles y en el ritmo perfecto del servicio. La atención es profesional sin ser fría, amable sin resultar invasiva. Es el tipo de lugar donde uno puede pasar la tarde en la terraza con un plato de ostras y una copa de Chablis, sin mirar el reloj.


Aspen es conocido por sus pistas, sus festivales y su vida social de alto perfil. En medio de todo eso, Clark’s Oyster Bar funciona como un escape íntimo, casi secreto, donde se celebra otra forma de lujo: el del buen gusto, el tiempo lento y los sabores honestos. En una ciudad donde lo espectacular a veces abruma, Clark’s ofrece contención, sabor y un poco de aire del mar.