Kun Agüero: “Me gusta decir lo que se me cante”


Kun Agüero está cansado, se le nota en los ojos, pero se presta al juego sin oponer resistencia. La consigna es simple. Tiene que sentarse en una silla de gamer, ponerse los auriculares y fingir que está jugando cuando es sorprendido por la cámara de Rolling Stone. Un saludito y a seguir compenetrado. ¡Pan comido! Primera toma. Segunda toma. Y una tercera, por las dudas. Kun Agüero se acerca a la cámara para ver el resultado, pide hacer un intento más y ahí sí, se muestra satisfecho. No lo dice, pero es demasiado transparente como para no darse cuenta. Si está enojado, no puede ocultarlo. Si está contento, emerge inevitablemente esa sonrisa pícara que lo identifica desde siempre. Y si está cansado, como ahora, en pleno raid de entrevistas, también se le va a notar.

No es un cansancio físico, como le explica el propio Kun a su equipo: es mental. Viene de una larga entrevista con Migue Granados en Soñé que volaba, el programa más exitoso del canal de streaming Olga. Pero hubo más notas antes y habrá más después. El trato, entonces, es hacer las fotos y el video ahora y dejar la entrevista para otro momento, cuando el exfutbolista de Independiente, Atlético de Madrid, Manchester City, Barcelona y la Selección argentina regrese a la tranquilidad de su hogar en Miami, que comparte con su pareja Sofía Calzetti y con la bebé de ambos, Olivia.

La producción para Rolling Stone se lleva a cabo una tarde de mayo en el barrio porteño de Palermo, más precisamente en las instalaciones de KRÜ, la productora de esports que fundó Agüero en 2020, que tiene su propio equipo de competición y a su vez es una usina de todo tipo de contenido relacionado con el gaming. Es la oficina que utiliza Kun cuando está en Buenos Aires. Aterrizó hace unos días con una misión, hacer una gira de prensa por dos lanzamientos que lo tienen como protagonista. Por un lado, la biopic de Disney Kun por Agüero, una idea suya que se materializó en cuatro capítulos para contar su historia íntima, desde la arritmia cardíaca que lo obligó a dejar el fútbol en 2021 hasta la compleja relación con su padre. Por el otro, el cómic digital BallHA9, una idea que le acercaron y que combina historieta gráfica con contenido interactivo, coleccionables, cartas y más.

En plena sesión de fotos, una persona del equipo de Kun le acerca una remera con el logo del cómic. “Esta no la tengo, ¿eh? Me la llevo a casa”, dispara, e inmediatamente mira a los ojos de su interlocutor para medir su reacción. Después de un instante de suspenso, vuelve a sacar su arma más poderosa, la sonrisa, para dejar claro que está bromeando. Y pregunta cómo va el partido. El PSG de Francia le gana al Arsenal de Inglaterra en la vuelta de las semifinales de la UEFA Champions League. Y Kun quisiera estar siguiéndolo en el sillón de la oficina principal de KRÜ.

¿Quién querés que gane, Kun?

-Y… el Arsenal. Pero está difícil.

A la sesión le restaban solo algunas fotos más por diferentes rincones del lugar y listo, un apretón de manos y la promesa en pie de culminar el trabajo semanas más tarde. Finalmente, la promesa se cumple veinte días después, en la previa de la gran final entre PSG e Inter de Milán, vía Zoom, con un Kun mucho más descansado y de entrecasa. De fondo, los azulejos de su cocina y los ladridos de sus perros. Al frente, su sonrisa.

Kun Agüero y Leo Messi, amigos de toda la vida, muestran sus medallas doradas en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. (Foto: Koji Watanabe/Getty Images)

Ya pasaron algunas semanas del estreno, ¿qué repercusiones tuviste de la biopic?

Las repercusiones fueron muy buenas, sobre todo de parte de amigos, familia y conocidos. También estuve viajando y la gente que me cruzaba en la calle me decía que le encantó. Eso me dio un parámetro de que la serie está buena, que la vio gente que por ahí no es del palo del fútbol y también le gustó. Eso era lo que buscaba cuando se me ocurrió hacerla. Un poco para que la gente vea que para llegar a la élite y triunfar en Europa, las cosas a veces no son buenas y siempre tenés momentos malos en el camino. Cuando firmé con Disney me pareció que estaba bueno contar mi intimidad, más que la parte del fútbol y profesional. Ya todos saben dónde jugué, cuántos goles hice. Hay muchas estadísticas de eso y es muy fácil encontrarlas, pero lo que no hay son las cosas que me han pasado en el transcurso de mi vida en el fútbol. Al principio iban a ser como seis o siete capítulos, pero lo recortamos a cuatro. Había mucho material. También me vino muy bien escuchar del otro lado lo que piensan mi viejo, mi vieja y mis amigos de mí, de cómo soy. Dijeron que soy honesto, que voy de frente cuando hay algo que va mal. Y cuando escuchás que te lo dicen en una serie decís: “Ah, entonces es verdad”. Como Leo [Messi], que dijo: “Es un tipo honesto, amigo de sus amigos”.

¿No te arrepentís de haber mostrado, quizás, demasiado de tu intimidad? Como la relación con tu papá.

No, no, para nada, porque básicamente tenía pensado contar el vínculo con mi viejo. Esa parte de la serie es muy buena y mi relación con él es la mejor, pero en mi vida, cuando quería llegar a primera división, él era muy exigente. Lo que yo quería es que vean, sobre todo los más chicos, que hay que seguir por más de que un padre, un abuelo, un tío, un hermano, sea muy exigente. Por ahí te lo está haciendo para que vos sigas creciendo y no tengas errores. Mucha gente puede pensar que eso está mal, pero a mí me hizo crecer, me potenció a ser mucho más de lo que era. Cuando lo llamé a mi viejo le dije que íbamos a contar esto, le pareció okay y bueno, le dimos para adelante, pero sin ningún problema.

Entonces estuviste muy involucrado en el proceso de producción de la serie.

Sí, totalmente. Más vale que pasaron muchas más cosas en mi vida que no entraron en la serie porque se va haciendo un resumen, tiene que ser atractivo, no pueden ser 20 capítulos. Pasé una lista de muchas personas que quería que hablaran, pero bueno, no podían hacerle entrevistas a todo el mundo.

Y en el cómic digital, ¿tuviste algo de interacción? ¿Cómo surgió esa propuesta?

Estaba en casa con un conocido con el que jugamos al golf. Me dice que un tal Mario [Sgromo, líder de Chromic], que es el chico que me trajo el proyecto, quería presentarme algo de un cómic. Yo la verdad que no sé mucho del mundo del cómic, pero bueno, sí que he consumido de chiquito, tanto cómics como dibujitos animados. Cuando charlamos me presentó algo que ya había hecho, un proyecto de golf en cómic y me gustó la idea, los dibujos y la conexión que podía tener con el gaming. Le dije que podíamos llevar la idea a KRÜ y así empezó a motivarse. Un día, después de un tiempo, me trajo lo que había estado trabajando y me gustó. Hablamos con el equipo, hicimos algunos cambios. Mario se encargó de los diseños, de hacer muy bien cada personaje y de contar las historias de cada uno. Lo que más me gustó es que todos los personajes tienen un problema y es lo que pasa hoy en la vida real, el bullying en el colegio, el uso del teléfono. La verdad es que está muy bueno y creo que va a andar muy bien, sobre todo para la parte asiática, donde abrimos KRÜ hace poco y nos está yendo muy bien. Es muy importante empezar a generar comunidad allá.

Desde el final abrupto de tu carrera encaraste diferentes proyectos. ¿Tenías algo planeado?

No, no tenía nada armado y todo empezó con el gaming. Al ser un proyecto que arranqué desde cero, empecé a pensar en otras cosas que me parecían muy divertidas y bueno, ahí fue donde mi cabeza empezó a trabajar mucho más de lo que trabajaba cuando jugaba al fútbol. Siempre fui una persona a la que le gusta aprender y escuchar. A los 23 años empecé a desarrollar edificios en Argentina, ya venía planeando mi situación cuando dejara de jugar. Sabía muy claramente que iba a dedicarme a la parte desarrolladora y de construcción porque me gustaba mucho y aprendí bastante. La desarrolladora hoy sigue activa con el equipo que tengo, pero cuando apareció lo del gaming empecé a meterme más ahí. Es algo que de chico siempre me gustó y aparte hacer un club desde cero con tus ideas tiene mucho más valor.

Cuando empecé éramos tres personas. A los que les comentaba el proyecto me decían que estaba loco y yo les decía que no, que si hacíamos las cosas bien podíamos divertirnos y potenciar a los chicos, darles una oportunidad. Utilizar muy bien la comunicación, las redes, ser frontales con la gente. Yo sé la parte de cómo conectar con los chicos cuando están compitiendo y los puedo entender. Puedo enseñarles cómo trabajar la paciencia, la ansiedad. Puedo sacarles esos nervios, ¿no? Como te digo, éramos tres y hoy somos más de 130 personas en KRÜ. Es increíble.

Podés enseñarles todo lo que aprendiste de concentración en tus años de fútbol de alta competencia.

Claro. En el deporte utilizás mucho tu cuerpo, la parte física siempre está muy al límite, pero es muy importante la paciencia. La cabeza tiene que estar fría porque en muchas situaciones podés cometer un error en caliente. Y si no sos paciente, también podés cometer un error. Hay que tener mucha paciencia y tranquilidad y esperar el momento que te toque, las oportunidades que te dan. Estando en la élite vas aprendiendo cosas y eso hace que tu cabeza, para muchas otras cosas, tenga esa paciencia de esperar, por ejemplo, algún diseño, o que un chico edite un video. Hay empresas que te piden algo ya, para ya. A veces yo me pongo en el lugar de la gente que trabaja conmigo. Démosles tranquilidad, paciencia, ya lo va a terminar, porque al final cuando uno presiona tanto, por más que la persona sea buena en lo que está haciendo, se termina cansando de la situación y lo que menos queremos es eso. Queremos que disfrute y que esté tranquilo haciendo su trabajo. Ese es nuestro plan siempre. En KRÜ trato de transmitirle a la gente que esa es la forma de trabajar.

¿Te considerás un pionero del streaming?

En el fútbol fui el primero. Arranqué en pandemia, cuando nadie lo había hecho. Y la verdad es que conecté con la gente muy rápido y muy bien. Eso hizo que también otros futbolistas y muchos influencers que por ahí no eran streamers tengan la posibilidad de hacer stream. Después, con el tiempo, fui dejando un poco, pero bueno, cada tanto hago un stream y la paso bien.

¿Qué encontraste en el streaming?

En vez de estar en un mismo lugar con mucha gente que te esté preguntando cosas, pidiendo fotos o lo que sea, estás detrás de una pantalla en la que hay mucha gente, pero por mensaje, o sea, por texto. Eso es lo que me copó y se me hizo muy divertido. Cuando me di cuenta de la conexión que podía tener con la gente, me gustó mucho. Al principio le prestaba más atención a lo que me decían, quería contestar todas las preguntas. Y la realidad es que yo contestaba lo que me salía, opinaba de lo que me preguntaban, todo muy natural, y eso es lo que más me gustó del stream: conectar con la gente como lo que soy, una persona normal. Me quedaba una hora, a veces tres horas, dos horas y media, depende de cómo venía el día, pero la verdad es que la pasaba muy bien.

¿Te ponés límites a la hora de hablar de algún tema?

No, cuando hago stream no me pongo límites. Es más, la gente que labura conmigo se asusta por lo que puedo llegar a decir. Pero bueno, los entiendo. Por eso también estoy en un momento en que hago un stream cada tanto. La realidad es que cuando comencé, en la pandemia, era muy normal putear, siempre cagándonos de risa. Veía un comentario en el que me decían “eh, pelotudo, qué onda”. Y yo respondía “qué onda, salame”. Y la gente se reía. Nos puteábamos, pero conectábamos. Hoy en día te editan un video con ese recorte. Se perdió el humor que había antes. Hay que tener un poco más de cuidado, por eso entiendo que mi equipo esté en alerta por lo que digo, pero todo lo digo en broma, es humor. Me cuido con algunas cosas, con algunas palabras porque hoy está todo muy sensible, hay que tener cuidado. Pero sí, me gusta decir lo que se me cante.

Antes la crítica te llegaba por cómo jugabas, por haber errado un gol, pero ahora la crítica viene por un comentario.

Tampoco me preocupa tanto, salvo cuando es algo muy, muy grave y ahí sí tengo que salir a aclarar. Al principio salía a aclarar muchas cosas. Lo bueno de la gente que está en vivo mirando el stream es que sabe de qué hablé, entonces te defiende. Por eso también tengo mucha gente en la comunidad. Mis seguidores, digamos, suelen bancarme mucho cuando sale un recorte. Yo sé qué es lo que dije y no tengo ningún problema en repetir lo que había dicho o lo que quise decir. En la primera época había muy pocos streamers. Hoy hay muchos, hasta celebridades o influencers y jugadores están haciendo contenido, entonces hay un abanico más grande. Y hay más gente tratando de pegarla con clips que se usan como información, como noticia. Está bueno porque mucha gente tiene más posibilidades, pero a la vez también está la parte mala de tener que cuidar más tus opiniones. Yo, particularmente, intento no cuidarme tanto. Es más, si me dicen no digas tal cosa, la voy a decir. Mi equipo ya sabe que siempre voy a hacer lo contrario a lo que me digan, así que no me dice nada.

No te privaste de hacer comentarios sobre economía, como aquel que se viralizó sobre los impuestos.

A mí me gusta opinar de lo que creo que es lógico para mí y después, bueno, están los pensamientos de cada persona o de la gente que por ahí no está en mi situación. Cuando uno se gana la plata en buena ley, y ya pagaste impuestos cuando la fuiste ganando, hay algunas cosas que no comparto. No solo en Argentina, hay muchos países que tienen muchos impuestos y no es lo ideal porque ya te están sacando de otros lados. Siempre opiné así. Si laburaste 15 años en Europa, pagaste impuestos, te fue muy bien, sos exitoso, y la plata la tenés donde vos querés, la guardás donde vos querés o te comprás 300.000 propiedades porque tenés ganas, es algo tuyo. Vos ya pagaste por eso, no deberían sacarte nada de lo que acumulaste. Si no querés laburar más y vivir de eso que juntaste, de lo que tenés, de lo que lograste, vas a seguir pagando toda la vida. Al final nunca podés quedarte en tu casa en un sillón relajado porque siempre tenés que pagar.

¿Te tentaron alguna vez para participar en política?

No, no me interesa la política y nadie me ofreció nunca nada. Ni presidentes, ni nadie. Por decirte, nunca hablé con Néstor [Kirchner], nunca hablé con Cristina [Fernández de Kirchner]. A ella la conocí en 2014, cuando perdimos la final, apareció en la AFA para hacer una charla o no sé qué, no me acuerdo, pero no hablé. Con Mauricio [Macri] sí, ha venido a la AFA, ha charlado con todos los chicos. Con él tenemos una conexión de charla normal, nada de política. Conozco a intendentes como [Gastón] Granados, de Ezeiza, y [Federico] Achával, de Pilar, porque hice la Copa Potrero. Son de diferentes partidos y no tengo nada con ellos, ni con nadie, sino que me llevo bien. No quieren nada de mí, ni tampoco yo de ellos. Si Javier [Milei] me llama, ¿qué voy a decir? ¿No voy a hablar con el Presidente? No tengo ningún problema, pero no me pidas algo para la política porque no, yo solo doy mi opinión esté quien esté gobernando, sea Milei, Macri o Alberto [Fernández]. Quizás cuando estás jugando te protegés un poco, pero yo ya dejé de jugar y ahora me chupa un huevo, opino como cualquier persona que puede opinar. La realidad es que ningún político llamó para hacer algo en política. Y no me interesa porque hay muchas cosas que no sé y porque tengo otras cosas que me divierten mucho más.

Una de tus principales características es el humor, es algo que destacan los que te conocen. ¿De dónde lo mamaste?

No sé, de chico siempre fui bromista en el colegio, en todos lados. Pero de manera natural, no es que después me hice bromista. Trato de no calentarme, trato de no engancharme con gente que por ahí busca algún problema. Entonces, siempre intento ser bromista. Y sobre todo me gusta ser bromista con gente que es más tímida, para poder conectar con esa persona. Porque también está bueno que esa persona se conecte y charle. Creo que ese es mi trabajo con esa clase de personas, sacarles alguna sonrisa.

Desarmarlos con humor.

Claro, así nació la amistad con Leo [Messi]. Siempre fue un chico muy tímido, diferente a mi humor, no era nada bromista. Y conectamos muy bien. Nos fuimos afianzando más como amigos. Los dos somos totalmente diferentes, pero yo cada tanto le sacaba una sonrisa y nos cagábamos de risa.

¿Extrañás algo de vivir en Argentina?

Argentina siempre se va a extrañar porque es la cultura que uno vivió, pero me acostumbré mucho a vivir afuera. Me fui a los 18 años, te vas adaptando a la vida de no estar allá y ya utilizás Argentina como para irte unos días de vacaciones. No es que vivo en Miami porque pienso que la Argentina está mal. Es más, yo siempre tuve previsto ir a vivir a Argentina en el 2016, 2017. Ya sabía dónde me iba a hacer la casa y por el Mundial 2018 y demás, al final no se dio. Estoy tranquilo acá. Cuando estaba jugando se sentían más las ganas de ir, ahora que voy cada tanto, lo voy llevando bien. La parte de la familia que está allá en Argentina te pide ver a Olivia más seguido porque los chicos crecen muy rápido. Lo que sí pensé es que a Benjamín [su hijo de 16 años, fruto de la relación con Giannina Maradona] lo iba a ver mucho más ahora. En el momento en que dejé de jugar, él no estaba tan metido en el fútbol. Jugaba a la pelota con amigos en el colegio nomás, pero justo cuando dejé se le ocurrió arrancar a entrenar en serio. Empezó en Tigre, ahora está en Independiente. Yo le dije: “Vas a entrenar todos los días, te vas a levantar temprano. Te apoyo, pero hay un sacrificio ahí atrás”. Él me dijo que quiere jugar. Y ahora no tiene una sola semana libre porque tampoco puede faltar a entrenar y darse el gusto de venir. Se canceló la parte de visitas, digamos, de vernos más seguido. Con él siempre tuvimos una conexión a pesar de que yo estaba fuera de la Argentina, lo llevamos muy bien.

¿Cómo vivís su decisión de ser futbolista?

Hay muchas que se te pasan por la cabeza porque yo lo viví. Me pone contento que le meta muchas ganas. Hablamos bastante de eso y siempre le digo: “Mirá que los periodistas te van a hacer comparaciones”. Es así, la gente va a estar esperando cosas… es el nieto de Maradona, el hijo del Kun… algo va a tener que saber con la pelota. Por suerte está metido, tiene ganas de llegar a jugar en primera división y de tener su propio nombre.

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